AIKONIC de MAURICE LACROIX: el suizo que no pide permiso
- Redacción Folie

- 3 oct
- 1 Min. de lectura
Hay relojes que dicen la hora y relojes que dicen mírame. El nuevo AikonIC de Maurice Lacroix está en la segunda liga: lujo suizo con alma callejera y cero ganas de pasar desapercibido.
Su esfera de carbono nunca repite patrón: cada pieza es tan única como las historias que laten en la ciudad. La caja de acero inoxidable, los acabados pulidos y cepillados, y la cerámica mate en cuatro colores (negro, blanco, azul y turquesa) lo hacen tan resistente como elegante. El bisel de seis brazos, reconocible al instante, se reinventa con estilo propio.
En el corazón late el calibre automático ML1000, con 60 horas de autonomía y precisión suiza. Y sí, el fondo transparente no es solo bonito: es un guiño a los obsesionados con los detalles, tornillos azulados, decoración Côtes de Genève y masa oscilante calada incluidos.
El AikonIC no es solo un accesorio: es un statement urbano, un reloj que se atreve a mezclar tradición suiza con espíritu cosmopolita. Como dice Stéphane Waser, director general de Maurice Lacroix: “Redefinimos estándares con materiales nuevos, acabados excepcionales y un carácter inconfundible del Jura. Es para quienes quieren una pieza que atrape miradas en su día a día”.
¡Be AikonIC, Be cool!









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