Dohun Kim vuelve a combinar las culturas coreana y escandinava para crear una colección muy Y2K con mucho power.
Kim se ha centrado en lo urban que va desde la estética militar y utilitaria a la ropa vaquera y los toques artesanales. "Me inspiré en los recuerdos de mi infancia, cuando buscaba vaqueros y ropa militar vintage", explicó el diseñador. "Además, quería presentar prendas que todo el mundo pudiera llevar en su vida cotidiana".
Las modelos caminaban con flores silvestres metidas en bolsas vaqueras y jarrones de cuero, hilos sueltos brotaban de columnas de punto y pálidos degradados acuáticos figuraban en vestidos de punto con pliegues. Los vaqueros deshilachados se convirtieron en pantalones cargo o se mezclaron con faldas plisadas de camuflaje; la sastrería se combinó con múltiples bolsillos para una mayor funcionalidad; las prendas de punto tenían efectos desgastados; las cazadoras bomber, las americanas y las gabardinas se superponían y se fusionaban en una única prenda exterior… Todo en clave Y2K y basada en la yuxtaposición. Andersson Bell consigue lo que se propone.
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