BIRKENSTOCK quiere que lleves sandalias en invierno… y… WOW

Birkenstock ha decidido que el invierno también es territorio de sandalia, y lo hace con la Solana: un híbrido entre pantufla rica y objeto de diseño nórdico minimalista.

La Arizona será la BFF del verano, pero la Solana es básicamente una nube calefactable para sobrevivir a pisos fríos, radiadores tacaños y mañanas de “no quiero existir”.

La receta es simple pero decadente: una slip-on forrada entera —entera— de shearling, con un exterior de fieltro de lana tan serio que parece haber escapado de una colaboración con Tekla. Y no es coincidencia: este modelo hereda directamente la filosofía de las Birkenstock más “culto de diseño”, las del circuito 1774, esas que convirtieron la comodidad en lujo silencioso antes de que el término “quiet luxury” invadiera TikTok.

La Solana, además, coquetea con aquel experimento de Fear of God, pero en versión mullida, como si alguien hubiera decidido que la gravedad no aplica al empeine. La banda ancha con velcro ajustable mantiene la forma reconocible, pero el interior es un abrazo térmico que más que amortiguar, te adopta.

Y sí: tiene aperturas en punta y talón para que no te hierva el pie como si llevaras un microondas portátil. Se ve como “zapatilla de casa”, pero la suela EVA + la plantilla de corcho dicen lo contrario: puedes salir a la calle sin parecer que estás sacando la basura.

Una sandalia para invierno suena a delirio… Hasta que te la pruebas. Entonces suena a plan.