CHANEL COUTURE SS25: Back to the roots!

En el Grand Palais, Jennie, Dua Lipa y Lily-Rose Depp se encontraron frente a una escultura de espejos tan impresionante que parecía susurrar en cristal, elevándose hacia el techo de vidrio del icónico edificio Beaux-Arts.

La forma de la obra no se dejaba descubrir de inmediato, jugando con las expectativas: nada de decorados futuristas ni de mercados vintage. Pero, a medida que los asistentes caminaban por las pasarelas entrelazadas en forma de C, algo revelador se hacía claro: estaban pisando el mismo símbolo que ha marcado a Chanel desde el principio.

El diseñador y escenógrafo Willo Perron había convertido las C dobles en un bucle infinito, una metáfora perfecta para la fuerza eterna de la maison. En 2025, Chanel celebra 110 años desde la creación de sus ateliers de alta costura, y mientras se prepara para dar la bienvenida a Matthieu Blazy como su nuevo director creativo, la maison sigue adelante, imparable. El futuro de Chanel está por escribirse, pero el presente sigue siendo tan relevante como siempre.

La colección comenzó con una secuencia de amanecer: minifaldas bouclé con hombros abullonados, en tonos suaves de pastel, mientras una banda sonora orquestal llenaba el espacio. Chanel lo había vuelto a hacer: esa perfecta armonía entre arte y moda, entre lo efímero y lo eterno.

El momento culminante del desfile llegó durante la Golden hour, cuando los bloques de color en tonos joya invadieron la pasarela. Entre ellos, destacaban dos combinaciones audaces de morado y rosa anaranjado: un abrigo de tweed, un vestido de jacquard y una blusa con cuello mandarín, acompañada de una falda a la cadera que desafiaba las leyes de la moda.

Cada prenda en esta colección nos recordaba una verdad simple pero poderosa: Chanel no es solo una marca, es un lenguaje que fluye sin fin, conectando el pasado y el futuro, la tradición y la revolución.