COVER STORY w/ MICRO TDH: “Estamos en una guerra espiritual real”

Ya dijo Sabater que "esas cenizas no se las llevará el viento, al contrario. Formarán parte de nosotros mismos para dar forma a un ser que renace del fuego mucho más fuerte, más grande, más sabio… Alguien que tal vez sirva de inspiración a los demás pero que, ante todo, nos permitirá seguir adelante con el rostro bien alto y las alas bien abiertas" y Micro TDH (14 de abril de 1999, Mérida, Venezuela) ha querido tomar buena muestra de ello y quiere renacer para crear una masterpiece que vaya más allá de ser un simple hit.

El nuevo rostro de la escena latina quiere conquistar nuevos lares y por eso mismo ha llegado a España desde el otro lado del charco prometiendo que el eco de su nombre resonará en la inmensidad. Pongan especial atención con todos sus sentidos.

“Una fan me mordió el pecho en Guatemala y me dejó una marca”

AHORA CREO

“Mi mayor miedo es no encontrarme a mí mismo”

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¿Cuándo supiste que te querías dedicar a la música?

Desde muy pequeño, tuve aptitudes referentes a la música. Comencé a cantar a los 7 años en la iglesia, y en el colegio siempre cantaba el himno. A los 9, entré en la Escuela de Música, donde aprendí a tocar la guitarra. De alguna manera, siempre estuve relacionado con la música desde muy temprana edad; siempre fue algo que me apasionaba y que quise hacer. Incluso mi madre dice que había momentos en que yo, de pequeño, le decía a la gente que iba a ser cantante cuando fuera grande. No me acuerdo de eso, pero supongo que sí; desde pequeño siempre hubo una manifestación de querer dedicarme a la música.

¿Qué nos puede contar acerca de tu próximo lanzamiento?

Realmente estoy coordinando y planificando a nivel mental todo un nuevo concepto. Quiero volver a crear un concepto que implique una renovación, no solo musical, sino personal, mental, física y espiritual, y que se refleje en la música. Quiero reconectar tanto con mi yo de siempre como con mi yo actual, y también reconectar con mis fans. Así que estoy en esa onda de planificar y crear; ya tengo algo más o menos formado en mi cerebro. Ahora falta materializarlo, pero es más como un rollo Fénix, ¿sabes? Como alguien que, a través de las dificultades o las experiencias, renace en algo nuevo, mucho más fresco y mejor.

¿Cuándo tienes pensado lanzarlo?

Realmente quisiera desarrollarlo bien. Quisiera hacerlo bien, no quisiera hacerlo corriendo ni nada por el estilo. Este año, al menos, quisiera sacar un sencillo o alguna canción que tenga en el baúl, de las que no existen todavía, pero que sí existen. Y el año que viene, quiero darle cumplimiento a ese proyecto tan especial que tengo en mente.

¿Quién ha sido tu mayor inspiración a lo largo de los años?

Michael Jackson creo que es la excelencia, y Bruno Mars, no sé, creo que este tipo de artistas nos recuerdan lo valioso que es tener un talento real, genuino y completo. Son verdaderos showman, son cantantes excepcionales. Aunque hoy en día hay muchos artistas muy buenos y grandes que de repente no tienen todas estas cualidades, pero saben hacer una canción pegajosa o exitosa, pienso que estos artistas son los que nos recuerdan la excelencia de brindar un espectáculo, de cambiar el juego y de hacer música que contenga todos los elementos de alguien que se preparó y estudió la música. Ellos utilizan esos elementos no para ser músicos frustrados, sino para crear.

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¿Es difícil ser ‘tú’ en esta industria musical?

A veces creo que sí, porque el hecho de ser yo también implica ser venezolano. Ser yo implica ser una persona que a veces se debate entre hacer la música que quiere o la música que siente que debe hacer por trabajo. Ser parte de la industria musical también me hace tener que estar siempre presente y trabajando, porque vivimos en una industria llena de competencia. Todo el tiempo está saliendo alguien nuevo y siempre está pasando algo. Por eso, hay que ingeniárselas para poder surgir y seguir a flote. Pero ser yo también es bonito y especial, porque todos los proyectos son únicos.

¿Con quién te gustaría que te comparen?

Con Bruno Mars, pero en verdad siento que me falta mucho. Quiero hacer música que sea más completa, más integral. Deseo que me consideren en la misma talla que artistas muy grandes. Quizás no compararme, pero sí que me vean en el mismo nivel.

Si tuvieses que definir tu estilo musical con una palabra, ¿cuál sería?

Sentimiento y versatilidad.

¿Has querido dejar la música en algún momento?

No, no puedo. A veces también es una necesidad corporal; es lo que más me gusta hacer, donde me encuentro y me siento vivo. La música, a pesar de tener éxito o no, de ser famoso o no, siempre quiero hacerla porque es mi pasión.

Cuéntame la anécdota más loca que hayas tenido.

Una vez, una fan me mordió el pecho en Guatemala y me dejó una marca. Me acerqué a la barandilla dónde estaban los fans y empecé a cantarles. Cuando intenté bajar, me comenzaron a jalar y, al hacerlo, me mordieron.

¿Cómo es la persona detrás del personaje?

Me considero una persona tranquila y con valores muy familiares, creyente de Dios y de la energía divina dentro de mí. Soy alguien que cree en prácticas esotéricas, en la metafísica, en la astrología, en los números, en los planetas… qué sé yo, hermano, soy un ser humano que se va forjando con el tiempo y que cada día aprende más.

¿Qué te hace feliz?

Comer, ver a mis gatos pelones cuando llego a casa, estar con mi familia, estar con mi mujer, hacer música, escuchar música… soy mi mayor fan y también mi mayor crítico. Pero cuando me gusta mucho una canción mía, soy de los que más la escucha antes de que salga. Me hace feliz ver un atardecer, un amanecer, viajar, conocer el mundo y descubrir lugares nuevos. También me hacen feliz las pequeñas cosas de la vida.

¿Te preocupa tu aspecto físico?

A veces sí, a veces uno tiene sus complejos, que al final son impuestos por uno mismo. No es como si hubiera que seguir un canon físico, pero uno tiene sus propias expectativas de cómo quisiera verse. Creo que me pasa a mí y nos pasa a todos los seres humanos.

¿Cuándo ha sido la última vez que lloraste?

Hace poco. Cuando tienes muchos procesos personales que no confrontas, sino que evades, eso te afecta en experiencias y emociones. Te haces el fuerte y sigues evadiendo, y con el tiempo, meses, días, años, eso se va acumulando. Luego te das cuenta de que, al no enfrentarlo, solo acumulaste un montón de emociones reprimidas dentro de ti. Entonces el cuerpo empieza a reaccionar, a desmoronarse por dentro, como si te dijera: "Hoy necesito llorar. Necesito soltar todo esto, derrumbarme un momento para poder resetearme".

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Cuando conoces a una persona, ¿qué valores te importan?

La transparencia es de las primeras cosas en las que me fijo; noto cuándo alguien es transparente y cuándo no, cuándo alguien es genuino y cuándo está actuando. La honestidad, el respeto, la educación, y también la pureza de corazón y las intenciones son, creo, las primeras cosas en las que me fijo en una persona.

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¿Qué es el amor para ti?

El amor puede ser un abrazo de tu mamá antes de salir a la escuela, el amor es lo que siento por la música, lo que siento hacia Dios. Es lo que Dios me transmite, es lo que siento cuando me despierto junto a las personas que amo y las abrazo, cuando veo a mi familia, a mis amigos, o a un público cantando mis canciones. El amor es una de las energías más grandes del universo; trasciende lo físico. Es una energía no tangible, pero poderosa, capaz de lograr cualquier cosa.

¿Prefieres fama o dinero?

El dinero, pero aunque la fama te da cosas que el dinero no puede darte. Es cierto que la fama, la influencia y los contactos te brindan acceso a ciertos lugares a los que el dinero, por sí solo, no llega. Pero a mí, ¿qué me importa? Prefiero tener dinero para estar cómodo, para asegurarme de que mi familia esté bien, para poder invertir, proyectarme a futuro, hacer lo que me dé la gana, viajar, y conocer. La verdad es que, si tuviera todo el dinero del mundo, más que en posesiones, lo usaría para recorrer el mundo entero.

¿Qué no harías nunca?

Matar a alguien, aunque depende del contexto, porque si alguien quisiera hacerle daño a mi familia, quizá no lo pensaría. Pero algo que nunca haría sería dejar de hacer música, aunque sea solo para mí. Y algo que nunca haría tampoco es dejar de creer en Dios.

¿Cuál es tu mayor miedo?

Mi mayor miedo es no encontrarme a mí mismo, no lograr sentir esa plenitud conmigo mismo y con lo que me rodea. No le temo a la muerte, a la soledad, a la oscuridad, a las alturas ni a las cucarachas. Le tengo miedo a eso: a no ser capaz de encontrarme conmigo mismo y sentirme en plenitud.

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Si pudiese cambiar cualquier cosa en el mundo, ¿cuál sería?

Las carencias son muy severas; yo diría que la pobreza es un tema complicado. En realidad, desconocemos lo que es estar en una situación verdaderamente precaria. Hablar desde la comodidad es, valga la redundancia, muy cómodo. Pero creo que hay lugares y familias en el mundo que tienen tan pocas oportunidades y viven de una manera tan limitada, tan en desidia, que lo mínimo que podríamos pedir es que la gente tenga un nivel de vida decente. Con ese nivel de vida, al menos podrían empezar a soñar, porque hay personas que, debido a su situación, ni siquiera pueden permitirse mirar hacia el horizonte. No hay horizonte que ver, no hay esperanza, no hay forma de proyectar ningún sueño, ya que están atrapados en la lucha del día a día. Así que sí, eliminaría la pobreza y también la guerra.

¿Cuál es tu opinión acerca de la situación actual venezolana?

Es complicado; solo los venezolanos podemos entender lo que estamos viviendo. Esto es algo que existe desde hace 25 años. Bueno, parece fácil decirlo, pero todos nos hemos acostumbrado a que este tipo de cosas sucedan. Quizás se nos olvidó por un momento que estábamos enfrentando una dictadura y pensamos que realmente podríamos salir de esta con democracia. Sin embargo, se nos recordó una vez más que vivimos en una dictadura.

Si pudieses hablar a los 8 billones de personas que habitan en el planeta, ¿qué dirías?

Estamos en una guerra espiritual real. Les diría que busquen a Dios, pero no a través de la religión ni de una iglesia. Les diría que busquen a Dios dentro de sí mismos, porque cada uno de nosotros es Dios manifestado de un millón de maneras diferentes. Vivimos en tiempos en los que, aunque parezca cliché, la guerra entre la luz y la oscuridad se hace cada vez más evidente, y debemos elegir nuestro bando. En esencia, el ser humano es luz, pero esa luz se corrompe con la oscuridad a medida que vive.