Con una lista de invitados de alta categoría, entre las que se encontraban Kylie Jenner, Irina Shayk y Hailey Bieber.
Uno de los festivales de música más esperados del año ha celebrado una nueva edición en la ciudad de California con una masiva audiencia. Coachella se ha convertido en un clásico de cada año, siendo el epicentro de la moda bohemia mundial.
Plumas, lentejuelas y vestidos de red han sido los más usados. La moda festivalera se ha caracterizado por el contraste de piezas, las mezclas de estéticas, rompiendo todos los paradigmas de la moda, siendo la creatividad uno de los lemas del show.
La estética Motomami impulsada por la española Rosalía, ha invadido esta edición con trajes de dos piezas, mangas de mariposa y grandes tocados.
La cantante también volvió al escenario conquistando con su estilismo, con un poderoso conjunto formado por un top negro, pantalones de cuero con rodilleras y unas botas al estilo motomami que tanto la caracteriza. Pero lo que resalto el atuendo, fue la maxi blusa transparente en color rosa repleta de mini volantes, acordonada en el pecho, que aportaba movimiento y sensualidad al look. Completándolo con unas enormes gafas negras futuristas.
Como también, el estilismo de los 2000, se destacó con gran fuerza entre los presentes. El denim en exceso, faldas de tiro bajo muy cortas, telas transparentes, tejidos de crochet, un clásico que no falla en esta temporada de festivales.
Una de las prendas que esta siendo tendencia y que viene a triunfar este verano, son los corset, y claramente no podían faltar en esta ocasión, convirtiéndose en uno de los grandes favoritos de la edición. Shay Mitchell decidió unirse usando un conjunto de dos piezas que realzaba su figura.
Por el contrario, figuras reconocidas, como la modelo Hailey Bieber o la cantante Camila Cabello, han preferido alejarse de la extravagancia y fantasía, con looks fáciles y sencillos. Siendo en gran cantidad las asistentes más anónimas las que han optado por ser fiel a la temática original del festival.
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