MODELOS Vs MODA

Los desfiles de moda se han visto desafiados por el gran protagonismo de las modelos a partir de la década de los 90, la cual se podría considerar la era de mayor esplendor de las pasarelas. A lo largo de los años, esta forma de presenciar los desfiles de moda ha ido cambiando, sin embargo, son muchas las ocasiones en las que las modelos logran más atención que los diseños que lucen. Esta estrategia es empleada por los propios diseñadores, pero se trata de algo que supone dejar a las propias colecciones en segundo plano ¿En qué afecta esto a la industria de la moda? ¿Se trata de una lucha constante entre modelo y moda? 

A principios del siglo XX, época durante la cual se consolidó el concepto de desfile de moda, el objetivo primordial de diseñadores como Charles Worth o Paul Poiret fue el movimiento de la prenda y que las modelos supiesen dar ese efecto al vestido. Firmas como Coco Chanel o Schiaparelli, se unieron al movimiento mediante salones de alta costura, y a ellas se les sumó Christian Dior durante la década de los años 50, pero esta vez con la irrupción de los fotógrafos, algo que culminó.

Después de dar nombre a las Semanas de la Moda de Nueva York y París, los desfiles dieron paso a espectáculos maravillosos y algunos de ellos inspirados en obras de teatro. Lo podemos ver en la Batalla de Versalles (1973) y en desfiles de casas como John Galliano o Alexander McQueen. Finalmente, damos con la década de los 90, o mejor conocida como la ‘era de las supermodelos’. La portada de VOGUE Reino Unido en la que posaban Cindy Crawford, Naomi Campbell, Linda Evangelista, Christy Turlington y Tatjana Patitz juntas, dio paso al comienzo de dicho esplendor.

Las modelos conseguían dar carácter y personalidad a la ropa. Los cánones de belleza del momento eran clásicos: la simetría en el rostro, cuerpos atléticos femeninos, etc… Cabe destacar que los retoques estéticos no estaban del todo bien vistos en el mundo de la moda, y además las tecnologías no habían avanzado lo suficiente como para que fuese tan sencillo hacerlos. Se trataba de un ideal de belleza muy controversial y este tenía nombre: ‘Heroin Chic’. Se popularizó una imagen demacrada, la piel pálida, ojos cansados, cabello despeinado, cuerpos casi esqueléticos y, en general, una mujer joven y sexy que está de resaca.

El hecho de que ese mundo fuese tan inalcanzable y hermético, provocaba más alborotamiento en la sociedad de aquel entonces y muchos peleaban por ir a ver a las modelos caminar por la pasarela. Los estudiantes de Saint Martins saltaban las vallas para presenciar los desfiles, y los periodistas luchaban entre ellos por sacar la mejor fotografía. Ese fue el momento en el que el espectáculo eran las modelos, apenas hay recuerdo de las colecciones y la mayoría de los hitos de la moda en la década de los 90 tienen que ver con las supermodelos.

Una vez llegados los 2000, esta tendencia de que las modelos fueran  protagonistas desapareció mediante el ‘Efecto Prada’. Este efecto en la industria del modelado planteó una homogeneidad en los y las modelos para que destacasen más los diseños, pero nada de esto resultó ser sano. Las modelos tenían que ser uniformes, tener la misma altura y ser de la misma raza, lo cual ya limitaba a la diversidad e inclusividad en las pasarelas. Más tarde, muchas de las firmas, incluida Prada, fueron criticadas por deshumanizar a las modelos y explotarlas hasta el punto de presionarlas para que actuaran de manera provocativa. De esta manera, las modelos volvían a ser protagonistas desde una perspectiva mucho más oscura e inhumana.

Actualmente, todo eso ya ha ido cambiando gracias a nuestro desarrollo tecnológico y, sobre todo, social. Existe una mentalidad mucho más abierta que permite que todo tipo de cuerpos, razas, edades y géneros desfilen por las pasarelas, y de alguna manera llevamos todo ese cambio a un punto de vista normativo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que hay muchos indicios de que algunas tendencias como el ‘heroin chic’ están de regreso, y reconocer que no es un estilo saludable para nuestra nueva generación. La batalla entre modelo y moda seguirá permaneciendo hasta encontrar un equilibrio justo entre ambas ramas.