Firmas como Hermés o Loewe son los máximos exponentes de esta nueva tendencia.
La logomanía se ha convertido en sinónimo de estilo y pertenencia dentro de la elite, incentivando a las firmas de lujo a estampar sus logos en todo tipo de prendas. Pero gracias al minimalismo, una contratendencia se está apoderando del mercado bajo la ausencia total de distintivos, lo que se conoce lujo silencioso.
¿Pero qué es exactamente? Tal como su nombre lo dice es el lujo que pasa desapercibido ya que no incluye logotipos, no contiene piezas llamativas y no se ciñe a tendencias efímeras. Son prendas de alta calidad que ponen el enfoque en los tejidos, optando por opciones naturales y sostenibles; son atuendos atemporales y básicos de armario que resistirán al paso de los años.
La sastrería, las prendas holgadas y bien estructuradas, una paleta de colores neutra y la seda son claves en estos look, en donde se apuesta por el juego de capas conocido como “layering” y las transparencias para dar una delicada sofisticación. En otras palabras, son prendas que pasan desapercibidas para alguien que no es especialista en moda, debido a que no tienen pretensiones de verse ostentosas.
Firmas tan reconocidas como Hermés, Max Mara, Bottega Veneta o Loewe son algunos de los mayores exponentes del Quiet Luxury. Como también, The Row, marca de las gemelas Olsen que ha trascendido en esta tendencia, convirtiéndose en un secreto del que todas las celebridades quieren ser parte. Al igual que la marca de Brad Pitt de nombre God’s True Cashmere, en donde lo precios de las camisas rondan alrededor de los 2.200 euros.
Desde el nivel de consumo, los datos han sido favorecedores, lo que recalca su buena acogida. Una tendencia desconocida que viene arrasando desde hace varios años y que supone bajar el ritmo de la industria, atacando la moda rápida que hemos visto en las pasarelas continuamente, apostando por una nueva sostenibilidad.
¿Será esta la moda del futuro? Veremos.