Pierpaolo Piccioli evitó los colores llamativos y brillantes para esta nueva colección y se centró 100% en el negro.
Bautizada como Valentino Le Noir, la colección era una celebración y una exploración del oficio de Piccioli, destilado y convertido en una idea digerible de la belleza ponible. En un avance, Piccioli declaró: "Hay que ser consciente de que estás en la oscuridad para buscar la luz, y ése fue mi punto de partida. El negro es interesante, porque es el color de estos tiempos y es muy universal, pero muy individual".
Piccioli exploró casi todos los ángulos y texturas del espectro. Fiel a los códigos de la casa, la colección se inspira en los años 80 y Piccioli combina un traje chaqueta de gran tamaño con una camisa de gasa transparente. Los vestidos túnica de hombros afilados contrastan con blusas de gasa ondulantes y volantes en blusas transparentes.
Hubo también sudaderas con cremallera, tops y pantalones sastre con guantes de ópera a juego y cazadoras bomber con texturas brillantes y deslizantes. Las dos vertientes de la formalidad y la informalidad estuvieron representadas.
Sobre una pasarela negra y brillante, bajo una serie de candelabros decadentes, era fácil entender por qué el negro es el neutro favorito de la moda. "El negro no es el color de la sobriedad, sino el de la exuberancia, un tono que ofrece rebeldía al romanticismo", rezaban las notas del desfile.