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AIKONIC Master Triple Retrograde: cuando MAURICE LACROIX hackea el tiempo

Maurice Lacroix cumple 50 años y lo celebra con un reloj que no se limita a marcar la hora: el AIKONIC Master Triple Retrograde es pura coreografía mecánica. Tres indicaciones retrógradas saltan, giran y revientan el concepto tradicional de tiempo como lo conoces. Mirarlo es como ver un loop hipnótico en un museo de arte cinético.

 


Desde los 90, la firma juega con mecanismos retrógrados como quien monta un puzzle suizo de precisión quirúrgica. Ahora, con tres complicaciones simultáneas, el AIKONIC redefine lo que significa “mirar el reloj”: no es funcionalidad, es experiencia.

 

La esfera antracita cepillada verticalmente no es solo bonita: tiene cuatro ventanas que dejan ver el corazón mecánico del reloj, como si invitara a espiar su backstage. Pequeño segundero a las 9h, funciones retrógradas en otras aperturas: un espectáculo hipnótico de engranajes y agujas que desafían la gravedad visual. Los índices y agujas, bañados en rodio y luminosos, parecen brazos que abrazan el bisel, conectando cada detalle con la icónica silueta AIKON.

 

El bisel de cerámica negra con seis brazos, la caja de acero de 43 mm combinando pulido y cepillado, y la correa de caucho con sistema de cambio rápido patentado, convierten la pieza en un híbrido entre herramienta de precisión y objeto de culto. Todo pensado para que quien lo lleve sienta que controla el tiempo… aunque solo sea en apariencia.

 

“Hemos explorado nuevas formas de indicar la hora y experimentar con materiales y colores”, dice Stéphane Waser, CEO. “El AIKONIC Master Triple Retrograde refleja nuestra evolución y cómo entendemos la relojería suiza hoy”.

 

El AIKONIC Master Triple Retrograde no es un reloj: es elegancia. Maurice Lacroix lo ha vuelto a hacer.

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