BAD BUNNY y J BALVIN hacen las paces en directo

Hay finales que se convierten en símbolo. Y hay conciertos que reescriben narrativas que parecían cerradas. El cierre del “Debí Tirar Más Fotos World Tour” en Ciudad de México fue ambas cosas.

En la octava y última noche sold out en el Estadio GNP Seguros —66.000 personas respirando al mismo ritmo— Bad Bunny invitó a J Balvin al escenario, poniendo fin, de forma pública y definitiva, a uno de los distanciamientos más comentados del pop latino de la última década.

Cuatro años después de que el silencio, las indirectas y las lecturas cruzadas marcaran su relación, Benito y José volvieron a encontrarse donde todo cobra sentido: frente al público. No hubo artificio ni drama innecesario. Hubo abrazo largo, palabras sinceras y una sensación colectiva de cierre que atravesó generaciones y fronteras.

Este gesto fue el punto culminante de una residencia histórica: ocho noches, más de 520.000 asistentes, y la confirmación de Bad Bunny como uno de los actos más grandes que ha pisado ese estadio. Pero más allá de cifras, lo que quedó fue la imagen: dos figuras clave del reggaetón contemporáneo eligiendo la reconciliación frente al ego.

Y esta vez, el reggaetón no gritó: abrazó.