
Hay unas notas que aún resuenan en todo mi ser. Son aquellas con las que Alex Hafner (20 de abril de 1989, Viena, Austria) ha traspasado mi alma. Un piano con más de una noche y una canción que evoca a la melancolía han conseguido crear un nuevo mundo de sensaciones.
El que fuese el crush de unas cuantas féminas fanáticas de “La que se avecina” está en otra órbita. Ahora se encuentra conquistando nuevos mundos con “Si las estrellas hablaran” y esperando a que otros mercados llamen a una puerta que estamos seguros que no parará de sonar.
Pero más allá de sus dotes frente a un instrumento musical o una cámara, Alex Hafner tiene la capacidad de llenar los espacios y de ser una luz visible en la oscuridad. Es un soplo de aire fresco en mitad de la inmensidad del universo.

“Tuve meningitis hace unos años. Fue un momento muy duro y me hizo cambiar mi perspectiva de vida”
UN CIUDADANO DEL MUNDO
“Si la persona no da lo que se necesita en cuestión de talento… No importa cuántos seguidores tenga”
¿Quién es Alex?
Un ciudadano del mundo. Mi opinión sobre mí mismo va cambiando, pero creo que soy un ser curioso. Siempre me gusta aprender, entender cosas y creo que por eso me gusta el cine porque te hace cuestionar cosas.
¿Y cuándo supiste que te querías dedicar a esto? ¿Cuándo tuviste claro que esto es lo tuyo?
En realidad, de pequeño me apuntaba mi madre a castings y cosas, así que no tengo un recuerdo claro de "Ah, quiero dedicarme a esto". Solo después de haber estudiado una carrera y al terminarla encendí la tele y vi una amiga de la infancia. Dije: "Jo, ¿por qué no estudié esto? Es lo que realmente me hubiera gustado”. Y aquí estamos.
¿Qué nos puedes contar de “Si las estrellas hablaran”? ¿Ha sido difícil trabajar en el mercado coreano?
Pues me pusieron un traductor. En Corea no hay mucha gente que hable inglés, así que en ese sentido comunicarse, especialmente al principio, era bastante difícil. Hubo muchos malentendidos. De repente estás en un rodaje, toda la gente hablándose entre ellos y no te saben explicar bien lo que quieren o lo que estás haciendo bien o mal, y eso al principio me costaba mucho. Pero bueno, con el tiempo te vas acostumbrando y vas viendo cómo son los comportamientos culturales entre ellos. No son muy explícitos los coreanos en general. Cuando hay algo que no les gusta, lo hacen de una forma más discreta. Y hasta que uno aprende esas reglas no lo pasa bien. A mí me ayudó mucho meditar por las mañanas. Al final entendí que el problema no era yo, sino que había algo más detrás. Cuando volví hace unos meses para hacer el doblaje me comentaron que hubo muchos problemas técnicos durante el rodaje.

¿Crees que 2025 puede ser tu gran año?
Ojalá lo sea. Creo que sí. Cada año va mejor, así que espero que sí.
¿Tienes algo pendiente de rodar?
Sí. Estoy ahora con... Es que no está firmado, no lo quiero anunciar, pero estoy con algo y veremos qué pasa.
¿Cuál es tu gran meta?
Me gustaría poder elegir los proyectos en los que estoy de manera más proactiva. Eso sí que sería guay, y muchas veces eso viene con el reconocimiento de la profesión, especialmente del público.
¿Quién ha sido la persona con la que te has cruzado que más talento te ha demostrado?
Cristina Castaño. También me impresionó mucho la manera de trabajar de los dos protagonistas en la serie coreana. Los coreanos interpretan de otra manera, son mucho más expresivos, aunque no sean explícitos.

¿A quién te gustaría interpretar?
Algún personaje histórico como Alejandro Magno. O un gran explorador, algo al estilo de “El renacido”.
¿Has querido dejarlo en algún momento?
He tenido crisis, pero tanto como dejarlo, no.
¿Qué opinas del mundo de Instagram como casting para una película?
Es útil, pero no es la única métrica. Por ejemplo, en España, el número de seguidores no está tan relacionado con que me paren en la calle. Si la persona no da lo que se necesita en cuestión de talento… No importa cuántos seguidores tenga.
¿Le tienes miedo a las críticas?
Le tengo más miedo a la no crítica. Si alguien te odia, al menos ha tenido una reacción, aunque sea mala. Lo peor es dejar indiferente a alguien.

¿Tienes el síndrome del impostor?
Sí, al principio me pasó, especialmente cuando estaba en un rodaje con gente muy top. Pero luego te das cuenta de que te hablan como una persona normal y eso se va. Lo del impostor está relacionado con la inseguridad. Cuando estás más seguro de ti mismo ya no te sientes así.
¿Eres feliz?
Sí.
¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida?
Cuando terminé el rodaje de esta serie me hicieron una fiesta sorpresa de despedida. Fue un momento muy feliz. Y también cuando hago surf. Cuando estoy con amigos, me siento muy contento.
¿Qué no harías nunca?
Matar a alguien.

¿La peor experiencia de tu vida?
Tuve meningitis hace unos años. Fue un momento muy duro y me hizo cambiar mi perspectiva de vida.
Si pudieras cambiar cualquier cosa en el mundo, ¿qué sería?
Hay mucha gente que sufre por entrar en bucle de depresiones. Si pudiéramos cambiar eso…

¿Te consideras libre? ¿Qué es para ti la libertad?
No tener demasiados apegos.
Acaba la frase: La masculinidad tóxica es…
De necios.

Si ahora mismo te diera un altavoz enorme para hablar a los 8 billones de personas que habitan en el planeta, ¿qué dirías?
No pienses demasiado y vive el presente.
Juego de asociación
Feminismo.
Igualdad.
LGTBIQ+.
Libertad.
Racismo.
Miedo.
Amor.
Siempre.
Sexo.
Abundancia.
Salud mental.
Paz.
Odio.
Miedo.

TEAM
Talent @thealexhafner
Photographer @adrian_nucelaar
Stylist @enolamola
MUAH & HAIR @lidiahernandez.es
Editor in Chief @pabloaragon
THANKS TO
@cuetomonica
@caracortadamadrid
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