COVER STORY w/ FRAN MORCILLO: “El conflicto habla más de uno mismo que del otro”
- Pablo Aragón Blanco
- 2 oct
- 5 Min. de lectura

Fran Morcillo (10 de enero de 1995 en Barcelona, España), es más que un “cara bonita de serie española”, trabaja para que cada papel duela, que cada escena deje huella.
“El conflicto habla más de uno mismo que del otro”, dice el chico que rodó Culpa nuestra entre risas, nervios y cafés derramados. No vino para romances rosas: exigió intensidad, pidió imperfección, eligió papel que lo rete.
Ahora viene a demostrar que es más que flor de un día y que se quedará en nuestra retina hasta la saciedad. Apostamos al 100% por Fran Morcillo.
“Muchas veces se recurre a lo visual para atrapar al público adolescente”
THE GUILT LIES IN THE PLEASURE

“Prefiero la sensualidad sugerida a lo explícito gratuito”
¿Quién es Fran ahora mismo, profesionalmente?
Me considero una persona en búsqueda. Entiendo esta profesión como una búsqueda continua: si crees que ya lo has encontrado todo, te estancas. Soy un buscador en el trabajo.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de rodar Culpa nuestra? ¿Y la anécdota más loca?
Lo mejor fue el rodaje en sí y la gente con la que trabajé: un equipo maravilloso, personas bellas y muy divertidas. Nicole es muy divertida, Javier me hizo reír mucho, y Domingo, el director, es muy perfeccionista. Fue una experiencia preciosa.
Lo peor: los nervios del primer día. Y una anécdota tonta: en una escena se me cayó café frío encima —incómodo, pero anecdótico.
La experiencia más loca fue con Gabriel en una escena en la que estaban concentradas Sofía y Nicole; nosotros, detrás de cámara, intentábamos mantener el tono y hubo momentos muy intensos y divertidos a la vez.

En redes se habló de tensiones en el rodaje. ¿Lo notaste?
Yo no percibí nada raro. Para mí hubo un ambiente muy profesional. Hubo buen rollo conmigo y entre todos vi una relación de trabajo seria.
Después de Culpables, ¿qué esperas hacer en 2026?
De momento no tengo proyectos cerrados, pero me gustaría hacer algo de misterio psicológico, una historia que deje inquieto al espectador, un proyecto tipo “page-turner”.

¿Con qué director sueñas trabajar?
David Fincher. Me parece un maestro: es meticuloso, trabaja hasta que la toma es perfecta y exige mucho.



¿La belleza ayuda o estorba en la profesión?
Ambas cosas. Ayuda en casting, pero puede llevar a que te encasillen como “cara bonita”. La belleza debe ir acompañada de trabajo y oficio.
¿Harías desnudo frontal como en Saltburn o Euphoria?
Si es estrictamente necesario para contar la historia, sí. En guion se dice que si quitas una escena y la historia se entiende igual, sobra; lo mismo aplica a un desnudo. Prefiero la sensualidad sugerida a lo explícito gratuito.

¿Se sexualiza más al hombre ahora?
Se sexualiza a todo; antiguamente a la mujer, ahora también al hombre. Es un gancho comercial, sobre todo para audiencias jóvenes. Muchas veces se recurre a lo visual para atrapar al público adolescente.
¿En qué te pareces a Simón y en qué no?
Me parezco en la inocencia y en cierta torpeza. En otras cosas no me parezco; en la resolución final del personaje no estoy de acuerdo con algunas decisiones, pero no quiero hacer spoilers.
¿Cuánto miedo te dan las críticas?
El miedo “normal”. No puedes controlar que te critiquen; con el tiempo aprendes a relativizarlo. De joven me afectaba más porque me metían conmigo, pero ahora forma parte del oficio: habrá quien te ame y quien te odie.
Resume tu vida en una palabra.
Curiosa.




¿Qué te hace feliz?
Lo simple: campo, playa, sol, tener una casita con huerto y gallinas. Las cosas sencillas me hacen feliz.
¿Qué no volverías a hacer nunca?
Meterme con alguien para quedar bien o por encajar. De adolescente lo hice y me arrepiento.


Tú sufriste bullying, ¿cómo lo viviste? ¿Lo trabajaste en terapia?
No lo he tratado en terapia. Hubo un gran cambio cuando me fui a Barcelona: llegué a un colegio donde se metían conmigo y, para integrarme, yo empecé a meterme con otros. Eso dejó una impronta que he tenido que soltar con el tiempo. Aún hay momentos en que hago una broma para caer bien… es algo en lo que sigo trabajando.
¿Cuándo fue la última vez que lloraste?
Antes del verano, sobre mayo o junio. Lloré por una persona porque no fui bueno con ella.
¿Qué valor aprecias más?
La honestidad. Se nota cuando alguien no tiene segundas intenciones y no está interpretando un personaje.
¿Cuándo te sientes solo?
Antes me pasaba más; ahora menos. Hay momentos en casa, sin planes, en que pesa la soledad. Creo que todos tenemos problemas y no estamos tan solos como pensamos, pero hay ratos en los que la soledad se siente.



Algo que no soportes.
La dejadez, la vaguería —esa elección por el camino fácil y el hedonismo inmediato. La libertad no es entregarse al placer inmediato; para mí la libertad es saber decir “no” al placer inmediato por algo interior o un objetivo mayor.
¿Cuál es tu mayor meta?
Actuar siempre; y si no estoy actuando, seguir en el medio. También me gustaría dirigir en algún momento.
¿Tienes algún mantra?
“Uno es más que cero”. Siempre me lo repito: encontrar algo, por pequeño que sea, ya es más que nada.
¿Cómo seduces?
Fatal (risas). Soy vergonzoso, hago chistes malos; a veces funciona, a veces no. Si sale bien, perfecto; si no, lo intenté.



¿La peor experiencia de tu vida?
No sabría señalar una única cosa muy dramática; el colegio y que se metieran conmigo fue duro, pero tampoco lo considero lo peor absoluto. Yo era distinto… De niño, escuchaba a Nino Bravo… Eso no encajaba mucho.
¿Participas en activismos? ¿Te gustaría?
No participo, y tampoco tengo especial deseo de hacerlo. Creo que hoy el activismo puede convertirse en una herramienta que alimenta la lucha y el conflicto. Yo aspiro a la paz: estar en calma conmigo y con el mundo.
¿No crees que hace falta empatía con quien no está en paz?
Claro. Si alguien pide ayuda, la doy. Pero imponer ayuda sin que te la pidan puede ser una forma de alimentar el ego: “yo estoy mejor, te doy esto”. La ayuda debe ser solicitada para no convertirla en una expresión de superioridad.
Si pudieras cambiar algo del mundo, ¿qué sería?
Cambiaría mi manera de verlo. Creo que no es el mundo el que falla, sino cómo lo percibimos.
Si tuvieras un altavoz para todos, ¿qué dirías?
Amor. Amar y perdonar. Si tienes algo contra alguien, no te enfrentes al otro sin antes mirar qué te pasa a ti. El conflicto habla más de uno mismo que del otro.
TEAM
Talent @morcillo_fran
Photographer @adrian_nucelaar
Photo Assistant @viictorgm_
Stylist @enolamola
Stylist Ass @stylingbysanchez
GROOMING @inigobeauty
Editor in Chief @pabloaragon
THANKS TO
@cristinachaparrotm
@canopymadridcastellana













