COVER STORY w/ NIRA OSAHIA: “España es diversa y no siempre se muestra así en pantalla”
- Pablo Aragón Blanco
- 26 jun
- 6 Min. de lectura
Nira Osahia (7 de mayo de 2001 en Petrer, Alicante, España) no quiere pedir permiso. Ha llegado para ser un icono y para desafiar las barreras y constructos sociales de la sociedad española. Una de las protagonistas de Olympo quiere saltar cualquier valla que se le ponga y llegar marcando record en la meta. La hasta hace nada desconocida actriz ha llegado llamando a una gran puerta, a un gigante llamado Netflix y este último ha decidido abrirla de par en par.
Por eso mismo, hemos querido conocer a esta mujer que es una mezcla de dulzura, garra y sinceridad sin límites. No le tiembla la voz al hablar de racismo, salud mental o vulnerabilidad.
Nació con un sueño claro, y se mudó a Madrid para cumplirlo. Sin red. Sin plan B. Olympo es su primera serie, su primera vez frente a la cámara, y también su primer “sí” a lo que realmente quiere ser. En definitiva: Corre, Nira, corre.
“No soporto cuando la gente mira a otras personas por encima del hombro”
MAKING A STRONG ENTRANCE
“Mi mayor miedo es no dejar huella”
¿Quién eres?
Una chica que tenía un sueño, se vino a Madrid a perseguirlo, a intentarlo y a lucharlo.
¿Cómo estás viviendo este momento profesional?
Ahora mismo no he hecho muchos castings porque entiendo que primero se tiene que estrenar Olympo. Es lo primero que he hecho en mi vida, así que hasta que no se vea, estoy como antes de hacerlo: la gente aún no conoce mi trabajo ni a mí como actriz. Voy con calma.
Cuéntanos sobre tu personaje.
Estoy enamorada de Olympo y de Zoe. Es un personaje muy especial para mí. Zoe es impulsiva, algo inmadura, no piensa en las consecuencias... y eso le pasa factura. Pero lo bonito de ella es que aprende muchísimo. A lo largo de los ocho capítulos, tiene una evolución brutal como persona, como atleta y como todo.
¿Crees que en una posible segunda temporada habrá un arco más profundo con Renata?
Sí, lo creo. En la primera temporada se planta una semilla que seguramente se desarrollará en la segunda.
¿Cómo viviste tu preparación para el personaje?
Fue todo muy rápido. Estaba en primero de interpretación cuando me llamaron para el casting. Fueron tres pruebas muy intensas y, de repente, un jueves me llama el director y me dice que Netflix ha dado el sí: ¡soy Zoe! El lunes siguiente ya estaba empezando. Ensayos, lectura de guion, rodaje, entrenamiento... todo a la vez. Muy loco.
¿Entrenaste mucho?
Muchísimo. Pasé de no hacer nada a entrenar 15 horas semanales: gimnasio, atletismo, salto de altura, vallas... Fue durísimo, pero increíble. Yo fui la última en incorporarme al cast, así que tuve menos tiempo de preparación.
¿Había dobles?
Sí, pero estábamos todos un poco locos. No queríamos que hicieran nada. Yo fui muy pesada para que me dejaran hacer mis propias escenas, incluso una caída complicada. Al final lo hice todo yo.
¿Cómo ves la evolución de Zoe?
Va a seguir madurando. Es una chica con muchos valores, muy de tierra, aunque se escuda en ser fuerte. Tiene mucha vulnerabilidad dentro. Me encantaría que siga explorando esa parte y el valor del esfuerzo.
¿Cómo fue el rodaje con tus compañeros?
Como un campamento de verano. Somos una secta. Estamos juntos todos los días, de verdad. Son mis amigos.
¿Sabéis algo sobre una segunda temporada?
No. No hay nada confirmado aún. Todo depende del público.
¿Cómo ves “Olympo” con autocrítica?
Es difícil ser objetiva porque estoy enamorada del proyecto. Pero sinceramente, creo que ha quedado muy bien. No es un producto vacío. Le hemos puesto muchísimo cariño y eso se nota.
¿Está España preparada para una protagonista racializada?
Es una realidad. Y es algo a lo que le doy muchas vueltas. Siempre tuve como único referente a una actriz en concreto. No sé si estamos preparados del todo. Pero creo que hace falta más representación, porque España es diversa y no siempre se muestra así en pantalla.
¿Dónde te ves en el futuro?
Interpretando, claramente. Me encantaría trabajar en EE.UU., hacer acción, espías, Marvel… ese rollo.
¿Con quién te gustaría trabajar?
Con Zendaya.
¿Una anécdota loca?
El rodaje de la carrera final. Fue una paliza. Estuvimos todo el día corriendo para grabar un minuto de escena. Acabé en el fisio. Pero me reí muchísimo con Andy.
Resúmeme tu vida en una palabra.
Soñar.
¿Cómo eres?
Sencilla. Me gusta estar con mi gente. Siempre he sido muy soñadora y creo que hay que currarse los sueños. Desde que descubrí la interpretación, todo ha girado en torno a eso. Y aquí estamos.
¿Qué no volverías a hacer nunca?
No sé, igual no escuchar a ciertas personas. Me he dado cuenta de que no hay que dejar que nadie te intente pisar. Tienes que pensar en ti, saber lo que quieres, lo que vales y no dejarte influenciar.
Del 0 al 10, ¿cuánta importancia le das a tu físico?
Entre un 7 y un 8.
Cuando conoces a una persona, ¿cuáles son los valores que más te importan?
Me gusta la gente que es humilde y de verdad. Porque noto mucha gente con un escudo o una máscara. O escucho cosas frívolas y digo “vale, aquí no es”. Pero cuando escucho a alguien humilde y real, eso es lo que me llevo.
Si tuvieras que elegir a alguien con quien pasar el resto de tu vida, ¿quién sería?
Mi madre y mi hermano. Es que son un pack.
Algo que no soportes.
No soporto cuando la gente mira a otras personas por encima del hombro.
Algo que nadie sepa de ti.
Poca gente sabe que escribo. Me gusta mucho escribir.
¿Por qué?
Estoy escribiendo un corto. Es un proyecto a largo plazo, pero escribo un poco de todo. Música también.
¿Cuál es tu mayor miedo?
Mi mayor miedo es no dejar huella. Pasar por el mundo sin pena ni gloria.
¿Cuál ha sido la peor experiencia que has tenido en tu vida?
El divorcio de mis padres.
Si pudieras cambiar algo del mundo, ¿qué cambiarías?
Obviamente el racismo. Ojalá erradicarlo. Es algo que no entiendo. Tiene que ver con la educación. Un niño es una esponja, no sabe nada. Si creces en un entorno con odio, lo absorbes.
¿Es culpa de los medios de comunicación?
En parte sí. Lo mueven muchísimo. Siempre se dice si alguien racializado comete un crimen, pero si lo hace un español blanco no se menciona. Eso es lo que la gente recibe.
¿Y cómo lo vivió tu madre cuando llegó a España?
Regular. Bastante mal. Ella vivió mucho más racismo que yo. Yo no tanto. Pero hace 28 años España no era lo que es hoy.
¿No te parece triste que estemos hablando en 2025 de esto?
Sí. Hemos avanzado mucho, sobre todo las nuevas generaciones, quizás por las redes sociales. Pero sigue habiendo mucho odio. Está muy polarizado.
Greta Thunberg dijo que el problema de Palestina es el racismo. ¿Qué opinas?
Es una limpieza étnica. El gran problema es el odio con la mayoría de conflictos de nuestros tiempos.
Completa la frase: la masculinidad tóxica es…
Muy peligrosa.
¿Qué consejo darías a quienes sufren rechazo por ser quiénes son?
Que se miren al espejo, se quieran como son y se quieran mucho. Que el mundo aprenderá. Nadie tiene derecho a hacerte sentir mal. Sé libre y quiérete mucho. Cuando te quieres, te da igual el resto.
Si ahora mismo tuvieras un altavoz para hablarle a los 8 mil millones de personas del mundo, ¿qué dirías?
Si me hicieran caso, les diría que traten a los demás como les gustaría ser tratados. Si todos diéramos cariño seríamos mucho más felices. No lo veo tan difícil.
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