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HOTEL ARBASO en Navidad: Lujo vasco, sensual y ancestral en DONOSTIA

Donostia nunca duerme del todo, pero en diciembre se transforma: luces que chispean sobre adoquines mojados, aromas de madera y vino caliente, y el Hotel Arbaso, como un secreto bien guardado, se erige entre tradición y modernidad. Olvídate del típico “hotel boutique”. Aquí se respira historia y se toca futuro, con un twist de sofisticación que solo los que saben lo reconocen.

 


Arbaso significa “ancestro” en euskera, y cada rincón del hotel es un homenaje vivo a esa raíz. Piedra, lino, madera y cuero se mezclan con diseño contemporáneo, creando atmósferas que son a la vez cálidas, elegantes y ligeramente irreverentes.

 

Cada habitación tiene nombre propio, como Ilargia, Sustrai u Olatu, y cada una te conecta con la identidad vasca a través de la artesanía y el diseño pensado hasta el último detalle. Algunas suites son pura fantasía: un dúplex con chimenea y vistas a la Catedral del Buen Pastor, o habitaciones con techos altos y mobiliario de creadores como Norman Foster y Rafael Moneo. Todo insonorizado, todo perfecto. En Arbaso, dormir no es un acto pasivo; es un viaje sensorial.

 

El restaurante del hotel, Narru, dirigido por Íñigo Peña, redefine la gastronomía navideña. Ingredientes locales, temporada pura y un toque de audacia en cada plato. En diciembre, los menús son narrativas: catas, maridajes y experiencias que no solo llenan el estómago, sino que te hacen viajar por el territorio vasco a cada bocado.

 

Arbaso en diciembre no solo se ve, se huele, se toca y se escucha. Cada detalle está pensado para sumergirte en la cultura vasca: decoraciones que homenajean la tradición, personal que parece anticiparse a tus deseos y una sensación constante de exclusividad y autenticidad. Elegir este hotel no es solo reservar; es entrar en un legado, celebrar raíces y experimentar San Sebastián desde otra dimensión.

 

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