“Romper el círculo” fue sólo el principio de la historia de Justin Baldoni y Blake Lively.
Desde el estreno de la película este verano, el drama legal de los dos coprotagonistas ha empezado a eclipsar el proyecto. El 31 de diciembre, Lively demandó a Baldoni, y luego el actor-director le devolvió el favor el 16 de enero.
En sus respectivas demandas, ambos acusan al otro de atacar su imagen, entre otras reclamaciones. En la demanda de Baldoni, se une al productor de It Ends With Us, Jamey Heath, y a las publicistas Melissa Nathan y Jennifer Abel, que son partes en la demanda de Lively. Su demanda también incluye al marido de Lively, Ryan Reynolds.
Entre sus demandas figuran extorsión civil, difamación, invasión de la intimidad, incumplimiento del pacto de buena fe y lealtad negocial, interferencia intencionada en las relaciones contractuales e interferencia intencionada en una posible ventaja económica. Piden 400 millones de dólares por daños y perjuicios.
La demanda alega que Lively estaba disgustada porque su imagen pública se había visto afectada durante la promoción de la película y “necesitaba un chivo expiatorio”. Afirma que no fue víctima de un ataque coordinado contra su imagen pública, sino más bien de sus propios “desastrosos esfuerzos de marketing y entrevistas de prensa insensibles”.
“Esta demanda es una acción legal basada en una abrumadora cantidad de pruebas no manipuladas que detallan el intento engañoso de Blake Lively y su equipo de destruir a Justin Baldoni, a su equipo y a sus respectivas empresas mediante la difusión de información burdamente editada, sin fundamento, nueva y manipulada a los medios de comunicación”, dijo Bryan Freedman, abogado de Baldoni, en un comunicado a People.
En una declaración a The Hollywood Reporter, el equipo legal de Lively respondió a la demanda de Baldoni condenando sus acciones. Ella está representada por Manatt, Phelps & Phillips y Willkie Farr & Gallagher. “Es una historia antigua: Una mujer habla con pruebas concretas de acoso sexual y represalias y el agresor intenta darle la vuelta a la tortilla”, escribieron sus abogados. “Esto es lo que los expertos llaman DARVO. Negar. Atacar. Reverse Victim Offender”.
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