El diseñador volvió a las pasarelas un año después tras las denuncias por abuso y acoso sexual.
No paramos de hablar de la cultura de cancelación, de cómo afecta a las personas que son canceladas y de si la justicia social existe o es un mero espejismo. En el caso del afamado diseñador Alexander Wang parece ser que no ha llevado su purgación en un desierto mediático. Más bien ha sido expiado de sus pecados al poco tiempo de cometerlos.
De que Alexander Wang es un depredador sexual no nos cabe ninguna duda y más tras entrevistar a la abogada de las víctimas en el reportaje “Speak Up: Hablan por los que no pueden hacerlo” que hicimos el pasado mes de noviembre. Ahora las dudas nos asaltan y queremos saber si la industria de la moda está prepara para el perdón. Desde luego parece ser que todas las ex Victoria’s Secret en bloque apoyaron el desfile que se celebró en el barrio de Chinatown en Los Ángeles el martes 19 de abril. Por la pasarela desfilaron Alessandra Ambrossio, Candice Swanepoel o la embarazada Adriana Lima mientras que en el front row ponían buena cara la modelo Behati Prinsloo y Sim y Haze Khadra, entre otros.
En cambio, grandes propulsores de tendencias y personajes que dictaminan lo que es moda como el clan Kardashian-Jenner o Anna Wintour, la impertérrita mujer que dirige Vogue (ella sabe mucho de abusos sexuales por el caso Mario Testino), decidieron no confirmar su asistencia. Así que Wang se quedó descompuesto y sin novias. ¿Dieron la espalda a su popular amigo y defendieron el tan rescatado y tan apropiado: Salva tu propio culo?
La caída a los infiernos de Wang comenzó cuando a finales de 2020 un joven modelo denunció a través de TikTok que había sido acosado sexualmente por parte del diseñador en una discoteca en 2017. Esto generó tal revuelto que posteriormente más testimonios similares fueron sumándose a través de otras cuentas. Las víctimas de Wang ascendieron a 11 y, a pesar de que este negó los relatos al principio, finalmente fue en marzo de 2021 cuando hacía público un comunicado después de haberse reunido formalmente con ellos y su abogada.
"Apoyo su derecho a expresarse y he escuchado con cuidado lo que tenían que decir. No fue fácil para ellos compartir sus historias y estoy arrepentido de haberles causado dolor", reconocía el diseñador, dejando también claro que no estaba del todo conforme con algunos detalles de cómo habían ocurrido los hechos: "En la vida se aprende y se crece, y ahora que tengo más conocimiento, haré mejor las cosas", terminaba diciendo intentando ser "un mejor ejemplo" para todas esas personas con un gran altavoz para que también reconozcan "comportamientos dañinos".
Claro está que la cultura de la cancelación hizo mella al diseñador, pero las cenizas de esta ave fénix tiene unas cuantas abejas reinas soplando para avivar las llamas.
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