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MIU MIU inaugura la temporada con una HOLIDAY 2025 que parece un sueño extraño

Miu Miu vuelve a dictar el mood de las fiestas con una Holiday 2025 que no busca alegría luminosa, sino un tipo distinto de magia: más silenciosa, más teatral, más inquietante.

 


Todo ocurre en una mansión isabelina perdida entre colinas húmedas y carreteras angostas, un escenario tan cargado de polvo y memoria que casi respira por sí solo. Allí se reúnen Gigi Hadid, Dede Mansro, Viola Sharp y Ju Xiaowen, convertidas en habitantes temporales de este universo paralelo.

 

Las imágenes —firmadas por Angela Hill— parecen fragmentos de una novela gótica reescrita por alguien obsesionado con la juventud, el ritmo y la belleza que se mueve sin esfuerzo. Los personajes no posan: orbitan. La casa, con su historia congelada, funciona como contrapunto perfecto a la energía casi eléctrica del cast. Es una colisión suave: lo antiguo cede, lo nuevo entra, y el resultado es pura tensión estética.

 

La ropa amplifica ese choque. Miu Miu teje una narrativa donde lo cotidiano se vuelve extraordinario: calcetines tubo con destellos que parecen joyas discretas; satén duchesse arrugado que conserva la huella del cuerpo; shearling patchwork combinado con cortes al bies que se deslizan como líquido.

 

El calzado sigue la misma lógica híbrida. Las botas altas de cuero stretch conviven con mocasines pulidos, slippers que podrían cruzar una casa entera sin hacer ruido, bailarinas que parecen diseñadas para el ocio elegante y pumps de punta afilada con ribetes que recuerdan a cintas ceremoniales. Sneakers ultrafinas completan el espectro, como un recordatorio de que Miu Miu nunca se queda del todo en un solo territorio.

 

Los bolsos —Wander, Arcadie, Pocket, Beau y Solitaire— actúan como talismanes visuales dentro de la escena, acompañados por una mochila en rojo intenso que captura el único gesto claramente festivo del conjunto. El resto es atmósfera pura.

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