“Hay que combatir todos esos micromachismos que tenemos tan interiorizados que ni nos damos cuenta de que están”
Su dulzura te atrapa en cada suspiro. La voz de la nueva generación que creció haciéndose grande gracias a Youtube, Bely Basarte, nos habla sobre el amor y el desamor, sobre salud mental y sobre ese mal llamado espejo. La cantante de la miel en las cuerdas vocales se desnuda como nunca antes y nos deja ver un pedacito de su alma. Enamorarse de Bely es tan sencillo e inherente como respirar.
RENAZCO PARA VENCER
“Salí a tocar la guitarra a la calle Preciados de Madrid”
¿Por qué te convertiste en cantante?
Pues porque desde pequeña me había llamado la atención el mundo de la música. Mi madre siempre ha tocado la guitarra. Recuerdo quedarme dormida escuchando a mi madre en el salón cantando Luis Miguel. Cuando ya aprendí a tocar la guitarra de adolescente, empecé a escribir mis canciones y a versionar las canciones de los grupos que me gustaban. Sin darme cuenta hacia covers y apareció YouTube en mi vida. Lo vi como una forma de darme a conocer entre gente que no estaba cerca de mí. Incluso muchas veces salí a tocar la guitarra a la calle Preciados de Madrid.
¿La calle te dio tablas?
Sí, y también Internet. Enfrentarse a un público te da tablas. Puede ser en la vida real o en digital.
¿Qué le dices a esa gente que está en la calle tocando y que está empezando?
Que siga trabajando, que siga currando. Yo creo que para que las cosas funcionen tiene que haber talento, pero mucha pasión. Tienes que querer dedicarte a ello por encima de todo y mucho trabajo y sacrificio. Cuantos más escenarios pises, cuantas más calles recorras, más posibilidades habrá de que la suerte te encuentre.
¿Cómo está siendo el recibimiento de Psicotropical entre tus seguidores?
Muy bueno. Son un amor, tengo una comunidad preciosa. En los conciertos se sabían la letra al día siguiente de haber sacado el EP. No les había dado tiempo para aprendérselo.
¿Tienes algún ritual antes de sentarte a componer?
Que me hagan daño y me rompan el corazón y entonces toco la guitarra… (risas ahogadas). No, ahora en serio. Tengo dos momentos: Uno de composición más racional y otros más sensorial.
¿Tantas veces te han roto el corazón?
Bueno, sí, muchas veces, pero no mucha gente. Soy de tropezar con la misma piedra muchas veces.
¿Qué significó para ti “El camino que no me llevó a Roma”?
Es una historia que empieza con ese amor dependiente, sentirte la mitad de un todo y tienes a otra persona que es la otra mitad. Después viene la tragedia, la desgracia y el dolor. La protagonista finalmente termina encontrándose a sí misma y convirtiendo ese amor dependiente en un amor propio. Entonces me gusta mucho el mensaje que transmite el disco de Renazco para vencer.
Si tuvieses que definir tu estilo con una palabra, ¿cuál sería?
Esta es la pregunta más difícil que me has hecho… ¿Tú lo sabes?
Preciosa melancolía.
Oh, ¡qué bonito, me gusta! ¡Qué guay! Vale, sí, me gusta.
¿Estás ya preparada para volver a sentarte a componer?
Tengo muchas ganas. Me apetece explorar en nuevas melodías, nuevos conceptos sobre los que hablar.
¿Qué le dirías a la Bely que empezó subiendo videos a Youtube?
Que no se desespere. No pasa todo de la noche a la mañana. Todo es muy gradual, poquito a poco. Los primeros meses cuando YouTube te pagaba cuando conseguías reunir 50 euros. Y yo recuerdo meses de decir: ¡No llego ni a los 50 euros!
Si tuvieses que elegir una canción, ¿cuál sería tu favorita de las tuyas?
C’est la vie.
ROTA, PERO SANANDO
“La música ahora se consume mucho por los ojos”
¿Cómo es Bely?
Muy risueña. Soy bastante optimista, impulsiva también en muchos momentos, pero también responsable. Tengo cabeza. Puedo pasar de un extremo al otro. Soy tranquila pero también puedo ser el alma de la fiesta.
¿Alguna vez has querido desaparecer?
Sí, claro. ¿quién no? Intento también concienciar mucho a la gente sobre la importancia de la salud mental y de las herramientas naturales que tenemos para combatir la depresión o la ansiedad.
¿A qué sabe el desamor?
Helado supongo. Creo que cada uno tiene un sabor, no todo el mundo te rompe igual. Y no sanas esas heridas de la misma manera, no son todas iguales.
¿Ahora estás rota?
Sí, pero me estoy arreglando.
¿Con qué se enamora a Bely?
Yo necesito ver que alguien lidera. Me gusta ver a alguien que toma la iniciativa.
¿Te preocupa tu aspecto físico?
Mucho más de lo que me gustaría, de cara a la galería no suelo darle importancia, pero luego llego a casa, me miro al espejo y me analizo. La música ahora se consume mucho por los ojos y la imagen es importante, tiene que ir acorde a tu sonido, acorde a tu personaje y acorde a tu mensaje.
¿Te gustaría que no fuese así?
Sí, me gustaría más que no fuese así, pero es en la era que vivimos.
¿Qué no volverías a hacer nunca?
Nada, nada. Creo que todo lo que he hecho y todo lo que hago es parte de mi historia y es parte de lo que soy.
¿A qué persona te llevarías al fin del mundo?
A mi hermana Leyre. Ahora que estamos en los veintitantos diría que es de mis mejores amigas.
TROLLS, LAS AMIGAS DE LOS BAÑOS Y MUCHO MÁS
“Nadie quiere irse de su casa, nadie quiere estar en un sitio en el que además no se siente bienvenido y si lo hacen es por una necesidad”
Hablabas antes de los haters y de los trolls, ¿Qué es lo más duro que te han dicho?
No ha habido nada que haya sido tan determinante de que con el tiempo me acuerde. No recibo casi hate y cuando lo tengo llega un ejército de gente que se lo comen. Al principio sí que me pasaba de tener 25 comentarios buenos y uno malo y quedarme todo el día pensando porque me habían dicho eso. Si lo piensas, nadie con dos dedos de frente se pone a poner comentarios negativos o malos, o hacer daño, o a mandar un mensaje de ojalá te mueras a otra persona.
¿Vivimos en una sociedad que vive pendiente de lo malo?
En una sociedad que le encanta criticar, porque ahora parece que criticar significa tener criterio y no es lo mismo. Todo el mundo tiene voz y todo el mundo tiene una opinión y todo el mundo se cree con el derecho de hacerte saber qué es lo que opina de lo que tú estás haciendo. Y si es malo, mejor. Porque así yo estoy por encima y así yo te piso. Tendríamos que esforzarnos más en que nuestro trabajo hable por nosotros que en intentar superar a los demás pisándonos.
¿Te han pisado mucho?
A nivel profesional diría que no, pero a nivel personal creo que todos nos hemos encontrado con gente toxica por la que nos hemos dejado pisotear en muchas ocasiones.
¿Hay alguna causa social en la que crees que deberías participar?
El feminismo que me parece que no hay que cuestionarlo. Hay que combatir todos esos micromachismos que tenemos tan interiorizados que ni nos damos cuenta de que están.
¿Y cuál sería para ti la verdadera igualdad entre hombres y mujeres?
Pues un mundo en el que yo pueda volver a casa sin tener miedo o salir a cualquier hora sin preocuparme, que pueda viajar sin estar muerta de miedo o que no tenga un problema por estar en un bar tomándome algo y me tengan que decir: ¿qué haces aquí tú tan sola?
Hay estudios que revelan que todas las mujeres han sentido acoso sexual o el abuso sexual por lo menos una vez a lo largo de vuestra vida. ¿Qué opinas de todo ello? ¿Qué opinas de ese miedo? ¿cuándo tienes miedo? ¿Te has sentido alguna vez acosada verbal o sexualmente por ser mujer?
Sí, sí, a todo. Me parece vergonzoso y terrible que yo igual desde que tengo diez años estoy acostumbrada a que me digan cosas por la calle. Estamos hablando desde que soy muy pequeña e incluso te diría que con los años lo escucho menos y yo no sé si es porque me he hecho mayor y entonces a esta gente le da más apuro decirme algo por la calle, porque lo que ven es una niña indefensa que no les va a plantar cara o porque realmente la sociedad está cambiando. Todavía no tengo claro. Por supuesto que he sufrido acoso en la calle y en mi círculo cercano, en gente en la que crees que puedes confiar y resulta que no, y de hecho es que creo que mucha gente, ni siquiera muchos hombres, no se dan cuenta de que lo están haciendo. A mí me ha pasado de decirle a alguien: No, no quiero, no quiero, no quiero; y su respuesta: creo que cuando dices que no, es que si, lo que pasa es que tienes miedo…
¿Te has sentido sexualizada?
Sí, además en la industria de la música muchísimo. En las redes sociales lo que están premiando también es que te sexualices. O sea, no tiene nada que ver una foto que subas enseñando carne con una que no. El algoritmo te posiciona, te pone en la lupita. Sólo tienes que entrar en la lupita de Instagram para ver un desfile de carne.
¿Cuánto de ti hay en Instagram?
Mucho. Siempre he sido muy natural en redes sociales. Al final soy la misma Bely con sus gatos en casa.
¿Alguna vez has sentido la industria de la música esa desigualdad entre hombres y mujeres?
Sí, la verdad que sí, sobre todo cuando vas al directo. Hay muy poca mujer trabajando de técnico en las salas y luego en situaciones en las que pienso que no se me ha tomado en serio por ser mujer y tienes que adoptar una actitud masculina para que se te escuche.
¿Qué es lo masculino?
Lo que asociamos a ese hombre que levanta la voz y habla de una manera agresiva. Cuando una chica hace eso parece que es una histérica o una controladora, sin embargo, si es un chico es que lidera.
¿Alguna vez has ido a las cinco de la mañana evitando alguna calle?
Claro. Por supuesto. Y siempre el mensajito a las amigas de: 'Avísame cuando llegues a casa y estoy en casa y he llegado bien'. Mandar la ubicación en tiempo real por el móvil y por si acaso tener el móvil en la mano cuando estoy llegando a casa.
¿Qué les dirías a esas mujeres que has conocido en los baños de una discoteca?
Pues un saludo, que las quiero un montón. Mola mucho lo que pasa en los baños de las discotecas de chicas. De repente todas somos mejores amigas.
Fuera sidosos de Madrid Fuera maricas de nuestros barrios… ¿qué sientes cuando escuchas eso?
Rabia y vergüenza. No tengo palabras. No entiendo que además se permita eso. Que haya policía casi protegiendo, que haya gente manifestándose y lanzando esos mensajes de odio hacia un colectivo que lo último que he hecho ha sido transmitir odio.
Hay un mal que es las terapias de conversión, que en Francia las prohibieron. Macarena Olona y Rocío Monasterio han dicho con su voz que están a favor de las terapias de conversión de homosexuales en España. ¿Qué hacemos con ello?
Me quedo loca, no lo sabía y me parece absurdo. Me parece ridículo que personas adultas en el siglo XXI puedan hablar de la homosexualidad como algo que con terapia se puede curar. Pensaba que ya habíamos superado esto, que ya todo el mundo tenía claro que cada uno quiere a quien quiere y hace lo que quiere con su vida, en su cama y fuera de ella.
Macarena Olona, que es la portavoz de VOX en el Congreso dice literalmente: “Es un error prohibir que las personas homosexuales acudan a terapia para encontrar su identidad”.
¡Qué mal! ¡qué mal que haya gente que piensa así y qué mal que haya gente que pueda decirlo en público, se respete y se les apoye y que haya tanta gente detrás apoyando!
Vayamos también al odio de aquel cartel de Vox en contra de los menores no acompañados. ¿Crees que ciertos sectores de la sociedad están criminalizando a aquella persona que viene de otro país para buscarse un futuro?
Van a además a por todo el que pueda ser más frágil. Se lo quieren quitar de en medio. Realmente no entiendo del todo los intereses de hacerle la vida más complicada a la gente. Cuando alguien está huyendo de su país es porque realmente no puede estar ahí. Nadie quiere irse de su casa, nadie quiere estar en un sitio en el que además no se siente bienvenido y si lo hacen es por una necesidad y joder, son humanos y somos humanos. Hay que recibirles y no ponérselo todavía más difícil.
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