COVER STORY w/ MARTÍ CORDERO: "Si hay miedo, hay evolución"
- Pablo Aragón Blanco
- 26 jun
- 7 Min. de lectura

Martí Cordero (Granollers, 22 de enero de 2002) se despoja. De ropa, sí. Pero también de moldes y personajes que ya no le caben. Se abre en canal y sin anestesia sobre su ser.
En Olympo lo conocimos como el chico duro, el que entrena cuerpo y ego hasta el infinito y más allá, pero él ha aprendido a reseñar su parte más emocional. Demuestra que su verdadero músculo está en la vulnerabilidad. Actor, mago y ser de luz, Martí no teme decir que se perdió y se está volviendo a encontrar. Ya no actúa para encajar. Ya no compite con su reflejo.
Martí seduce sin querer, incómodo con los piropos sobre su cuerpo, pero orgulloso de su disciplina emocional. Ha vivido el rechazo, ha sentido el peso de crearse una versión más deseable de sí mismo y ha salido airoso. Hoy Martí ya no quiere ser perfecto. Quiere ser real. Y esta versión nos ha enamorado.
“Me incomoda que hablen de mi cuerpo”
ENDLESS PLEASURE
“Me creé un personaje para gustar y tapar vacíos”

¿Quién es Martí Cordero?
Soy alguien que busca conectar con su niño interior y transmitir mensajes al mundo a través del arte. En lo más esencial quiero dar amor, sanar heridas del pasado, ser, disfrutar y conectar con el placer.
¿Cómo estás ahora mismo?
Ahora estoy muy bien, aunque pasé un momento de desconexión en el que no encontraba sentido a nada. Últimamente estoy viviendo más en el presente, usando menos el móvil y conectando con la escucha y con las personas.
¿Cómo has recibido las críticas por tu trabajo en “Olympo”?
No he buscado activamente críticas, pero lo que me llega por Instagram, o por parte de compañeros y profesores ha sido muy positivo. Muchos conocían el guion porque trabajamos juntos en coaching y me dicen que le he dado una vuelta muy buena a mi personaje y que les ha sorprendido para bien. La serie en general les ha gustado mucho… Pensaban que sería otra cosa.

¿Qué te llevas de Charlie?
Me llevo la idea de que pisar a los demás puede hacerte avanzar más rápido, pero no más lejos. Al contrario, al final retrocedes. En cambio, si impulsas a los demás, tú también creces. También me llevo un poco más de músculo, que nunca viene mal (ríe).
¿Qué estarías dispuesto a hacer por amor?
Creo que sería capaz de cambiar mi vida: mudarme, cambiar de trabajo, seguir en el arte, pero desde otro lugar, como la magia, que también hago. Incluso irme a vivir a un sitio remoto y dejarlo todo. Sí, por amor haría todo eso.
¿Es verdad que haces magia?
Sí, y creo que mi mejor truco es mi constancia y disciplina. Siempre quiero mejorar. En la interpretación, por ejemplo, nunca dejaré de hacer cursos. Me gustaría seguir el ejemplo de Javier Bardem que sigue formándose siendo uno de los mejores.

¿Qué dirías a quienes aún no han visto la serie?
Que la miren sin prejuicios. Se van a llevar una sorpresa muy positiva. Tiene mucho valor, transmite y engancha. A mí mismo me sorprendió.
¿Habrá una segunda temporada? ¿Qué te gustaría ver de Charlie si ocurre?
No se sabe si habrá una segunda temporada. A mí me encantaría que a Charlie le fuera bien en el amor, con Amaia, quizás con un pique fuerte con Cristian. Incluso me haría ilusión explorar algo inesperado, como una relación con Mario, el entrenador de rugby. También me encantaría que Charlie terminara abriendo un centro paralímpico, probando algún tipo de doping para ser el mejor y que le saliera mal. Me gusta mezclar la comedia con lo dramático.
¿Qué proyectos tienes en el futuro?
Si no hay segunda temporada de Olympo, estaré en el Teatro Lliure con una obra dirigida por Julio Manrique. Estrenamos el 1 de febrero. Pero si se hace Olympo 2, habría que ver si se pueden ajustar las fechas.
¿Qué opinas de elegir actores por seguidores en redes sociales?
No me gusta. Lo entiendo a nivel de producción porque aportan visibilidad, pero creo que aleja al actor de su esencia. Personalmente, intento alejarme del uso excesivo de redes. Aunque respeto a quienes tienen muchos seguidores, no creo que sea el mejor criterio de selección artística.

¿Te afectan las críticas?
Las críticas me encantan, siempre que no sean destructivas. Estoy en un momento en que he deconstruido mucho lo que era como actor y agradezco el feedback, incluso de personas fuera del medio.
¿Alguna anécdota del rodaje?
Un día hacía mucho calor. Comí atún, y me empecé a encontrar mal: puntos rojos en la cara, mareos, hasta me desmayé. Me tumbaron, me pusieron suero… y no pude rodar. El equipo se portó genial y reprogramó la escena.
Resume tu vida en una palabra.
Amor.
¿Estás enamorado?
Ahora no. Estuve cinco años con una chica, yo hacía waterpolo y ella natación sincronizada. Hace un año que estoy solo y aprendiendo a estar bien así. Me costó, pero ahora estoy muy feliz.

¿El momento más feliz de tu vida?
Con cinco años, abrazado a mi perro, durmiendo en el suelo con él. Esa imagen me transmite pura felicidad.
¿Y la última vez que lloraste?
Hace poco, en un ejercicio de Meisner. No era una escena actuada, era algo muy personal. Me desmontó por completo.

¿Qué importancia le das al aspecto físico?
Más de la que me gustaría. A mi propio físico, le daría un 7.5 u 8. A lo de los demás, un 5.
¿Qué no harías nunca?
Matar a alguien. O mentirme a mí mismo. Ya lo hice, me creé un personaje para gustar, para tapar vacíos. Ahora me quiero mucho más.

¿Qué es el éxito para ti?
Sentirse realizado. No tiene que ver con fama o dinero.
¿Qué valoras más en una persona?
Honestidad, sinceridad, escucha y autenticidad. Que no actúe un papel.
¿Qué no soportas de alguien al conocerla?
El histrionismo mal gestionado, cuando alguien necesita el foco constantemente de una forma forzada.
¿Qué es el amor para ti?
Es la vida. Es el antídoto del miedo. Nos movemos por amor o por la falta de él. Hay que hacer las cosas desde ahí.
¿Tienes miedos?
Sí, al vacío, a estar solo y a no sentirme querido. A veces yo mismo me he hecho sentir pequeño.
¿Cuándo te sientes más solo?
Cuando estoy rodeado de mucha gente, pero no conecto con nadie.
¿Y más tú mismo?
Haciendo trucos de magia. Tiene esa chispa de sorpresa que me encanta.

¿Cómo te seducen?
Con la mirada. Si alguien me sostiene la mirada intensamente, me remueve por dentro.
¿Y con comida?
Sashimi.
¿Algo que nadie sepa de ti?
Cuando veo un pie descalzo, me dan ganas de estirarle los dedos y crujírselos (ríe). No lo hago, pero es algo raro que nunca había dicho.
¿Algo que te gusta y te da vergüenza admitir?
Pasarme cosas por debajo de la nariz para olerlas (ríe).
¿Tienes tatuajes?
Ninguno.
¿Tu mantra?
“Si hay miedo, hay evolución”.
¿Fama o dinero?
Prefiero la fama porque me daría un altavoz para cambiar el mundo y mejorarlo.
¿Cuál es la peor experiencia de tu vida?
La muerte de mi perrita, Áneu. Viví con ella desde los 8 meses hasta los 14 años. Fue durísimo, pero lo gestioné bien.
¿Cómo era “Baby Martín”?
Mi primera palabra fue "hola", raro. Era súper expresivo, luminoso, naranja, rubio. Me llamaban "principito", "Peter Pan". Era muy extrovertido, con mucha energía. Me encantaba que me miraran.
¿Y ahora te sigue gustando la atención?
Sí, pero lo he trabajado. Ya no es desde la carencia. Es más sano.
¿Cómo llevas los piropos?
Depende. Si son sobre mi trabajo, bien. Si son sobre mi físico, me dan igual. Prefiero otro tipo de halagos. Me incomoda que hablen de mi cuerpo.

¿Le temes al desnudo?
Sí… un poco. El desnudo frontal nunca lo he hecho. Pero si el proyecto lo requiere y tiene sentido, lo haría.
¿Te gustaría involucrarte en algún activismo?
Sí. Todo lo relacionado con animales, salud mental, reciclaje, medioambiente, conservación de selvas, bosques…
Si tuvieras el poder de cambiar algo en el mundo, ¿qué cambiarías?
Eliminaría la violencia de todo tipo. Incluso la que nos dirigimos a nosotros mismos. No solo la guerra, también las agresiones verbales y la forma en que nos hablamos.
¿Qué opinas de la cancelación?
Creo en la libertad de expresión. Depende del contexto, pero me gusta que cada uno diga lo que piensa.
¿Te sientes libre?
Sí. O al menos elijo sentirme libre. Como dice Viktor Frankl en El hombre en busca de sentido, siempre podemos elegir nuestra actitud. Incluso en Auschwitz, él eligió luchar y no rendirse. Siempre hay una pequeña posibilidad de elección.
¿Qué consejo darías a quienes sufren rechazo por ser quiénes son?
Que son increíbles. Que el mundo necesita su luz y su autenticidad. Que se muestren tal y como son. Que brillen.

Termina la frase: La masculinidad tóxica es...
Algo que se está transformando.
Si tuvieras un altavoz para hablar a los 8.000 millones de personas del planeta, ¿qué dirías?
Estamos aquí para compartir amor. Este mundo es increíble y nosotros también. Vamos a disfrutar, querernos, volar y hacer algo conjunto. Y diría también: “Si hay miedo, hay evolución. Hablémonos bien, a nosotros y a los demás”.
TEAM
Talent @marti_cordero
Photographer @adrian_nucelaar
Stylist @jm.delvalle
Stylist Ass @araneoyeregui
MUAH & HAIR @mimigomezmuah
Editor in Chief @pabloaragon
THANKS TO
@degranero
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