“Cambiaría las mentes de muchas personas y les ayudaría a encontrar la paz y a respetar a la gente”
Pablo Louazel quiere conquistar el séptimo arte y está moviendo todas las piezas que tiene a su alcance para convertirse en el rey del tablero. Tiempo al tiempo, pero pasará.
¿UNA PIEZA IMPRESCINDIBLE?
“No me gustan las caras ocultas y las situaciones incómodas evitables”
¿Quién es Pablo Louazel?
Soy una persona de Pamplona que se vino a Madrid para estudiar interpretación porque era el gran sueño de mi vida. Empecé a hacer teatro en el pueblo con mis primas y me di cuenta de que lo que más me gustaba y donde más podía aportar. Pablo está intentando ser actor.
¿Cuál es tu gran sueño?
Estar siempre conectado a la familia y la calidad de un hogar, pero como pudiendo a la vez estar aprendiendo de la creación. El poder dedicarme a esto de una manera tranquila y sana.
¿Qué nos puedes contar del rodaje de “Menudas piezas”?
Un puro agradecimiento constantemente porque por primera vez me sentía capacitado de poder estar en una producción con gente profesional, con un equipo amplio, con un presupuesto y es un agradecimiento total.
¿Quién ha sido la persona que más talento te ha demostrado?
Alexandra Jiménez que es una máquina en todos los sentidos. Está programada para hacer las cosas bien, tiene tantas tablas y todo lo hace a la primera.
¿Crees que esta película te va a abrir muchas puertas?
No lo sé. Más que abrir puertas como tal no, pero te puede dar más proyectos. Yo creo que va a ser un voto de confianza para proyectar mi trabajo.
¿Qué más se viene en 2024?
Estoy acabando en la RESAD, la formación de teatro y estoy haciendo muchísimas pruebas. Ojalá vengan proyectos nuevos y la gente quiera que yo esté trabajando con ellos, pero de momento estoy en alguna obra metido, pero mi sueño sería estar en proyectos audiovisuales.
Si te diera carta blanca, ¿qué personaje te gustaría interpretar?
Tengo dos objetivos súper claros de personajes. Uno muy radical, que podría ser como un Skinhead y algo más íntimo que se pueda relacionar con el tema queer, pero dentro de un ambiente rural.
¿Te has planteado dejarlo en algún momento?
No, jamás. Es que es la es la única manera en la que yo tengo para vivir y para relacionarme.
¿Cómo es Pablo?
Una persona a la que le gusta mucho escuchar. Le gusta mucho aprender de la gente que sabe y estoy aprendiendo a callarme. Me gusta escuchar a las minorías y ponerse en sus zapatos.
¿Qué te hace feliz?
Estar con mis amigas y tomarme vinos con ellas. Ir al cine una vez a la semana y otras artes.
¿Cuáles son los valores que más te importan cuando conoces a una persona?
Cómo escucha y cómo se comporta con el resto y también en sí es una persona que no está muerta por dentro, que está viva. Y que tiene sentido del humor.
¿Red flags?
La gente que no mira a los ojos, que habla consigo misma y que no está abierta nada.
Algo que no soportes.
Las relaciones de poder y la competencia de la industria. No me gustan las caras ocultas y las situaciones incómodas evitables.
Algo que nadie sepa de ti.
Me cuesta mucho decir te quiero a mi familia.
¿Cómo seduces?
Hablando de cine. También soy muy romántico, o sea creo que seduzco desde el puro amor de compartir.
¿Qué es el amor para ti?
El amor para mí es confianza. Es la entrega. Es el desarmarte, tirar las armas y confiar.
¿Y la fama?
Un tipo de reconocimiento, pero que se confunde mucho al éxito. El éxito puede ser algo súper alejado a la fama y yo puedo morirme habiendo sido la persona más exitosa para mí y que no me conozca nadie.
¿Cuál es tu mayor miedo?
El miedo a cagarla y quedarme solo. El no sentirme capaz de salir de un pozo.
¿Qué es lo que realmente te hace perder los nervios?
Cuando estamos como incomunicados todo un grupo de personas con el móvil y de repente me doy cuenta y me estreso muchísimo. También cuando una persona solo se escucha a sí misma.
¿Hay alguna causa social en la que te gustaría verte involucrado?
En la lucha de género, el lenguaje inclusivo. Es una lucha que tengo súper presente.
¿Qué cambiarías del mundo?
Cambiaría casi todo. El mal uso que estamos dando como a los recursos naturales, tanto la explotación animal como a lo natural. Maltratamos el mundo, cambiaría también las horas de trabajo y daría mucho más espacio a la tranquilidad, al descanso. Cambiaría las mentes de muchas personas y les ayudaría a encontrar la paz y a respetar a la gente.
Si te doy un altavoz enorme para hablar a todo el planeta, ¿qué dirías?
Que dejemos de lado el odio. Todos tenemos el mismo cuerpo, somos iguales y la vida es más sencilla de lo que parece.