“El momento más feliz de mi vida no ha llegado aún”
Claudia Trujillo (2 de junio de 1995) está preparada para triunfar y no es que lo digamos nosotros, lo dice su curriculum vitae, uno que le ha llevado a coincidir con grandes mitos del cine contemporáneo como Linda Hamilton. En “Bienvenidos a Edén” pudimos verla interpretando el papel de ejecutora sin escrúpulos, y nos hizo temer a su inseparable arma. Ahora ella está (sin arma en mano) en la búsqueda del papel perfecto que le lance a un estrellato que se prevé inminente.
ESPERANDO LA GRAN OPORTUNIDAD
“Tenía un trauma con mis cejas porque eran muy grandes y se metían conmigo”
¿Cómo viviste el final de Brenda en “Bienvenidos a Edén”?
He pasado por muchas fases. Ahora estoy por fin en la fase de alegría y relajación. Cuando me lo dijeron que fue justo antes del estreno de la primera temporada lo viví desde el miedo y me impidió vivir en estreno de la primera temporada del todo bien. Estaba ofuscada en mi propio enfado, pero después se me fue pasando. El último día de rodaje fue precioso y lo celebramos.
¿Dónde te gustaría que hubiese ido el arco argumental de Brenda?
Me hubiese gustado que se mostrase un poco más del porqué Brenda es como es o cómo ha llegado ella a ser la jefa de seguridad. Te lo estoy diciendo desde mi propio ego actoral porque somos tantos personajes que tampoco se puede mostrar todo de todo el mundo, pero a mí me hubiese encantado que se mostrase un poquito más de Brenda o hiciese algo en la segunda temporada más que ejecutar a gente.
¿Consideras que ha sido uno de tus mejores papeles?
Considero y espero que sea uno de los que me abra más puertas. También es uno de los más largos que he hecho. Edén han sido dos años enteros que pasaban cosas casi cada mes relacionadas con esta serie. Espero que el siguiente personaje sea un pasito más.
¿Qué es lo siguiente?
Hacer muchos castings. No tengo nada de momento.
En cuestión de compañeros de reparto, ¿la persona más talentosa?
Me gusta mucho la forma de trabajar de Diego Garisa desde donde trabaja él. Aunque la persona que a mí me sorprende cada día es Carlos Soroa. Para él es el doble de difícil el llegar a ser actor que para nosotros. Ver cada día como se supera me sorprendió un montón.
¿Sabíais el lengua de signos antes de empezar en “Bienvenidos a Edén”?
Nos enseñaron a todos.
¿Cuánto tiempo estuvisteis aprendiendo?
Clases tuvimos durante dos semanas, pero cuando ya tienes unos básicos vas aprendiendo cada vez más. Es el esfuerzo que ha ido poniendo cada uno de seguir aprendiendo más.
¿Está bien el tema de la inclusividad en la ficción? ¿Hay un cupo de personajes LGTBIQ+ y racializados en Hollywood? ¿Es bueno que haya un cupo?
Lo ideal es que no se hablase con la palabra cupo, pero tengo que admitir que para mí ahora mismo sea por las razones que sean, bienvenido sea. Estoy muy de acuerdo, que cada vez veamos en televisión más gente racializada, más personajes LGTB que no sean simplemente el mejor amigo de, más chicas lesbianas que no se mueran… Que no se trate el tema queer desde el drama todo el rato.
Hablé con Carlos Cuevas en la cover story y hablamos de los cuerpos normativos. ¿Qué crees que hace falta para que cambie la percepción de la industria y se den papeles protagonistas a bellezas no normativas?
Tú vas por la calle y es al revés que en la ficción. En la calle lo normativo no es la gente extremadamente bella. En la ficción se intenta retratar lo que la gente quiere ser y estamos en un mundo que se da por hecho que tú quieres ser guapo, tener un cuerpo 10... Mientras se siga pensando así, se seguirá retratando eso en la ficción. A todo el mundo le gusta ser aceptado. Estás mirando una pantalla, viendo algo a lo que tú quieres aspirar a ser o estás buscando una referencia donde sentirte reflejado.
¿En algún momento te has planteado cruzar el charco?
Sí, sí, sí, sí, sí, sí… he actuado mucho en inglés y me siento bastante cómoda actuando en inglés. De hecho, tengo representante en Estados Unidos también.
¿Qué personaje te gustaría interpretar?
Muchos, pero hay uno que se me quedó clavada desde que era pequeñita que es el que hacía Elliot page en “Hard Candy”.
¿Has querido dejarlo en algún momento?
No, es durísimo esto, pero no. No hay nada que me guste tanto.
¿Has tenido el síndrome del impostor?
Muchísimo, en cada rodaje.
Cuéntamela anécdota más loca que hayas tenido en algún rodaje.
En Edén nos pasó en la primera temporada a Albert Baró y a mí que tenemos una escena en un barco y nos dejaron allí en medio del mar. Grababan desde otro barco y vino la Guardia Civil porque alguien había llamado diciendo que se había avistado una patera. Al día siguiente en todos los en todos los periódicos de Lanzarote salía como que se había confundido un rodaje de Netflix con una patera.
¿Cómo eres?
Bastante optimista y eso me gusta de mí. Me gusta ayudar a la gente. Soy bastante sociable, me gusta hablar sobre un montón de temas y soy una persona súper curiosa. Me gusta mucho el deporte también.
¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida?
Cada vez que me cogen en un trabajo actoral es el día más feliz de mi vida y siempre lo vivo igual. Aunque también te digo que creo que el momento más feliz de mi vida no ha llegado aún.
¿Te preocupa tu aspecto físico?
A veces sí y a veces no. Me va a temporadas. Soy bastante feliz no dándole muchas vueltas, pero tengo mis momentos de estrés relacionados con los eventos. En mi día a día puedo salir de casa perfectamente sin maquillaje y en chándal y ser la más de feliz con ello y me da igual que alguien me pare por la calle y me pida una foto.
¿Cuáles son los valores que más te importan cuando conoces a una persona?
Que sea buena persona, el no ver segundas intenciones.
Algo que no soportes.
La hipocresía.
Algo que nadie sepa de ti.
Que de pequeña era sonámbula y tenía un trauma con mis cejas porque eran muy grandes y se metían conmigo. La última vez que me levante sonámbula, me quite una ceja con la cuchilla de afeitar de mi padre.
¿Cómo superaste el bullying?
Me cambié de colegio a uno público que hacíamos artes escénicas. El ambiente era muy guay y todo el mundo era muy inclusivo.
¿Qué le dirías a día de hoy a esas personas que te hicieron bullying?
Soy bastante comprensiva y no voy a culpar a nadie por cosas que hayan hecho cuando tienes 12 años. Hay gente que no he vuelto a ver ni me los he vuelto a encontrar. No guardo ningún tipo de rencor.
¿Qué no harías nunca?
Matar a alguien. No hacer daño gratuito.
¿Cuál es tu mayor miedo?
Que se vaya acabando la vida y darte cuenta de que no eres feliz.
¿Te han roto muchas veces el corazón?
Dos o tres.
¿Hay alguna causa social en la que te gustaría verte involucrada?
Todo lo que atente contra los derechos humanos me interesa bastante. Me gusta mucho informarme y me gusta hablar de esos temas. Siento que en redes sociales me cuesta un poco expresar las causas. Las causas sociales y las luchas son transversales y que, por tú no ser negro, no implica que tú no abogues y estés en el lado de la verdad y de los derechos humanos.
¿Te consideras una persona libre?
Nadie es completamente libre.
¿Qué cambiarías del mundo?
La separación por sexo o por raza o por lo que sea. Que todo el mundo esté un poco más unido y que no haya tanta separación de país a país. También que no haya tantas dinámicas de poder.
Comments