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  • Foto del escritorPablo Aragón Blanco

Recuperando mi identidad (y el pelo perdido)

Atrás quedaron esos quince años en los que una abundante cabellera se moldeaba entre mis manos frente al espejo. Como todos aquellos que vivimos nuestra adolescencia a principios de los 2000, los fijadores y la gomina fueron nuestro fiel aliado.


El inicio del siglo XXI trajo consigo peinados imposibles y unas calles abarrotadas de tupés y melenas ondeantes. Obviamente participé de cada una de estas modas. Ahí estaba en plena búsqueda de mi identidad.


Hace no mucho, la nostalgia me invadió y miré aquellas fotos con pantalones imposibles, pelos desorbitados y sonrisa enlatada. Recuerdo esos momentos como si del “Wannabe” de las Spice Girls estuviésemos hablando. Recuerdo como estaba orgulloso de mis pelos como si de un Sansón (sin lo Hercúleo de este) se tratase. La fuerza habitaba en donde acababa mi frente.

Pero no tardaron de llegar los estragos del abuso de la gomina conjugados con una genética algo maldecida. El desagüe de mi lavabo y mis pelos caídos lograban ser trending topic día sí y día también. Cada pelo perdido era una lucha ardua que me provocaba auténticas crisis de ansiedad que en aquel entonces no reconocía. Si has pasado por ese trance sabes perfectamente de lo que hablo. La autoestima cae tan rápido que no sabes cómo tapar la deforestación craneal y te las ingenias con trucos de lo más variopintos. Todo menos la clásica y denostada cortinilla. La peladofobia (miedo o pánico a la calvicie) se apodera de ti y finalmente empieza el reinado de gorras y derivados.


Cansado de tanto complemento, decidí ponerle solución a mi problema... afrontándolo. Quería recuperar mi identidad y mi pelo. No quería seguir dependiendo de una buena luz para las fotos para que no pareciese que el temido “cartón” hacía de las suyas. Quería poder volver a mi adolescencia y a esos momentos donde me miraba al espejo y no veía algo más que la ausencia capilar.


En ese justo momento decidí que me tenía que poner en las mejores manos. Tenía unos cuantos amigos que habían pasado ya por el trance de repoblar su cabeza con un injerto y todos y cada uno de ellos lo tenían claro… Insparya, el grupo capilar cofundado por Cristiano Ronaldo era la solución, ya que está especializado en el diagnóstico, tratamiento e investigación en el área de la alopecia y otros tratamientos capilares enfocados en la salud capilar, con clínicas en Portugal, Italia y España.

Donde antes tenían una frente despejada ahora abundaba una hermosa mata de pelo. Uno de ellos incluso recalcó que era su segundo injerto. El primero no fue en manos tan profesionales y los resultados no fueron tan satisfactorios como en Insparya.


Me puse manos a la obra, contacté vía telefónica, me explicaron el proceso y les envié una fotografía de mi cabeza para que pudiesen evaluar mi trasplante. Posteriormente, el equipo de cirugía capilar de Insparya me valoró en la clínica y me informó detalladamente de cuál iba a ser el procedimiento a seguir. Con toda la información a mi alcance, puse fecha a mi particular reconquista pilífera y, un mes después, ya estaba en la camilla.


La intervención fue mediante el método F.U.E., que consiste en extraer pelos de la nuca para ser injertados, uno a uno, en la parte más necesitada de la cabeza. Primero te rapan y te dibujan varias líneas en la cabeza y la nuca para diferenciar la zona donante de la receptora. Ya en quirófano, tras una anestesia local, tres enfermeras extraen pelo por pelo de la nuca gracias a la tecnología propia de Insparya, BotHAir® UltraPlus, que garantiza intervenciones hasta un 50% más rápidas y con los resultados más naturales.A las tres semanas mi pelo trasplantado se caería para volver a crecer con más fuerza. A los doce meses toda mi cabeza estaría definitivamente cubierta. En total: seis horas de operación, con un descanso de media hora para comer. Seis horas indoloras que consiguieron soñar en la esperanza.


Ahora algo más de tres meses después empiezo a ver la luz en el horizonte y veo florecer los folículos implantados (de cada uno pueden salir hasta cuatro pelos). Así que, ansioso, imploro a Chronos para que el segundero vaya más rápido y pueda volver ese Sansón que siempre quise ser.


Si notas síntomas de debilitamiento capilar, falta de brillo, caída, etc. consulta ya con tu especialista. Insparya cuenta con un equipo médico multidisciplinar que estudiará tu caso para determinar la causa de tu problema y encontrar una solución 100 % personalizada. Contacta ya y solicita tu primera cita gratuita llamando al 900 696 020 o entrando en insparya.es.

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