En su última entrevista con Hollywood Reporter, la estrella de Euphoria, de 24 años, no se contuvo a la hora de hablar de los problemas financieros que ha tenido.
Incluso después de haber alcanzado el éxito suficiente como para optar a dos premios Emmy, Sweeney sigue luchando por pagar las facturas. Para ayudar a hacer realidad el sueño de Sweeney de convertirse en actriz, su familia dejó su casa en la frontera entre Washington e Idaho y se mudó a un motel en Los Ángeles cuando ella tenía 13 años. "Teníamos una sola habitación", recuerda. "Mi madre y yo compartíamos una cama y mi padre y mi hermano pequeño compartían un sofá".
Trabajaba constantemente, con la esperanza de ganar suficiente dinero para volver a comprar la casa de los Sweeneys y así reunir a sus padres. Pero a los 18 años sólo tenía 800 dólares. Después de arrasar en papeles como el de The Handmaid's Tale, Sweeney consiguió poder ser propietaria de su casa. No sólo tuvo que trabajar sin parar, sino también llegar a acuerdos con marcas como Miu Miu y Armani. A lo que Sweeney ha dicho que el motivo de esas colaboraciones: "Acepto acuerdos porque tengo que hacerlo", dijo. "Si sólo actuara, no podría permitirme mi vida en Los Ángeles".
Tambien ha hablado que "Si quisiera tomarme un descanso de seis meses, no tengo ingresos para cubrirlo", dijo. "No tengo a nadie que me apoye, no tengo a nadie a quien pueda recurrir, para pagar mis facturas o pedir ayuda. Tengo que pagar a mi publicista cada mes, y eso es más que mi hipoteca". Sweeney insiste en que no está tratando de hacer que te sientas mal por ella: Está intentando iniciar una conversación abierta sobre las realidades de la industria.