TOPA SUKALDERÍA: el choque épico entre Euskadi y Latinoamérica
- Redacción Folie
- hace 3 días
- 1 Min. de lectura
En TOPA Sukaldería, la historia se mastica, se bebe y se comparte. Vascos y latinoamericanos unidos para hacer explotar el sabor en cada plato: un choque de tradiciones, reinterpretado con creatividad y sin filtros.
La idea surgió de los viajes de Andoni Luis Aduriz y su equipo. Durante años recorrieron Latinoamérica y vieron los rastros que los vascos dejaron en tierras lejanas: trabajo duro, fraternidad, familia, identidad. Esa historia no está en libros: está en los sabores que cruzaron el océano y en la memoria de millones de descendientes.
TOPA no hace recetas, hace reinventos provocadores. Los tacotalos combinan maíz, mijo y rellenos que van del cerdo “al pastor vasco” al camarón rosarito; el ceviche se besa con anchoas del Cantábrico; el txoripan argentino se encuentra con la croquetinha brasileña; y las arepas se llenan de txangurro o chipirones en su tinta. Dulces y cócteles —pisco, tequila, ron y txakolí— se sirven en jarras gigantes, porque aquí compartir es obligatorio. La comida es un viaje, pero también un acto de rebeldía lúdica.
El espacio que provoca
Diseñado por Iñigo Gómez de Segura y Luis García Alemany, TOPA combina cocina abierta, ventanales que miran la calle y un mural gigante de Judas Arrieta, donde se cuentan historias de vascos y latinoamericanos con humor y descaro. Madera, acero negro, luz natural: todo conspira para que te sientas en un lugar que respira cultura y celebra lo inesperado.
En TOPA Sukaldería no solo comes: te sumerges en siglos de historia, con un cocktail en la mano y una sonrisa irónica en la cara.
Qué maravilla leer esto. TOPA Sukaldería suena como una verdadera explosión de culturas y sabores, una especie de “nivel difícil” donde todo encaja con ritmo y precisión —igual que en Geometry Dash, cuando cada salto y cada nota crean algo mágico. Me encanta esa idea de compartir, reinventar y jugar con la tradición.
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