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  • Foto del escritorRedacción Folie

CASABLANCA FW23: ¿Activista en paz?

Charaf Tajer ha presentado una colección titulada "Por la paz", inspirada en Siria, los refugiados y "cómo algunos jóvenes de Siria que estaban dispuestos a arriesgarlo todo para encontrar la alegría, hacían algo que usted y yo consideraríamos ordinario: salir de fiesta".

Tajer también dijo que "es fácil ver el mundo en blanco o negro, el bien o el mal, la felicidad o el dolor, la guerra o la paz. Pero en realidad, estamos rodeados de matices, de colores y formas". El diseñador continuó señalando su estancia en Damasco y cómo ésta y sus gentes le inspiraron a él y a esta colección, describiendo la ciudad como una "paradoja viviente, donde coexisten la belleza, la devastación y las ruinas". También dijo: "Fue un gran recordatorio para celebrar la vida en todas las condiciones, y a veces digo: 'Debería vivir así'. Así que no pensemos en los refugiados como números, sino como seres humanos, iguales, sin jerarquías ni discriminaciones. Llevan mucho de su pasado; los hogares que dejaron, los que perdieron".

Concluyendo su discurso, Tajer dijo: "Hoy tenemos una elección sencilla: aceptar la tragedia o utilizar nuestra plataforma para difundir este importante mensaje. No digo que la moda sea la solución, y algunos dirán 'es sólo ropa', pero la idea es usar nuestras voces para gritar alto y fuerte, y hacer todo lo que podamos para conseguir un mundo mejor". El propósito de esta colección es que sea una pieza de teatro, inspirada en la valentía, que refleje el dolor y la belleza de los que fui testigo en una zona de guerra". Pero a parte de su discurso cargado de activismo, la reivindicación no estaba en la ropa.


Nos mostró 59 looks que parecían estar a medio camino entre una noche de fiesta en Los Ángeles y el Après-ski-chic, no un reflejo del dolor que sufren los sirios. Junto con el avión de guerra cubierto de flores en medio de la sala, poco más se vio de la guerra. Gasa ombré inspirada en las puestas de sol de sus viajes, trajes de azafata propios de un jet privado y mucho luxury que no se ve en trincheras. Vamos que la moda de guerrilla jamás llegó.

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