“No me gusta que la gente de por hecho que me tengo que desnudar”
No tenía muy claro cómo definir de una forma realista al bueno de Pol Monen (22 de julio de 1994, Barcelona) ya que no es la primera vez que nuestros caminos se cruzan. Siempre que coincidimos me voy con la sensación de conocer a un Pol más maduro, más inteligente y con un corazón más puro. Debe ser que los años pasan y hay a algunas personas que le sientan mejor que a otras. Esta nueva oportunidad de tener un tête à tête ha conseguido dejarme profundizar un poco más en su alma, una tan noble que se percibe al mostrar cada uno de sus incisivos. Su sonrisa sale a la luz cada cinco segundos mientras nos habla de su carrera progresiva en el arte de contar historias.
Recién estrenada “La novia de América”, el gran público ha podido conocer una faceta más de este nuevo príncipe azul español, el sentido del humor. La carrera más que meteórica del que fue nominado al Goya en el pasado es imparable. Pero más allá de luces, cámaras y acción, hemos disfrutado de unas cuantas horas en una habitación de hotel y entre café y café hemos hablado del poder de la palabra, de las dos Españas y de su futuro. Pol Monen ya no es una estrella revelación, es un maestro de la escena. La ovación sigue siendo pequeña.
“Te ponen un micro delante y parece que tengas que ser un premio Nobel de la Paz”
EL NUEVO NOVIO DE ESPAÑA
“Al elegir un proyecto nunca me planteo la orientación sexual del personaje”
¿Cuándo supiste que querías ser actor?
De niño era una posibilidad, pero también quería ser astronauta y muchas otras cosas. A partir de los 16 ya fue tomando un poco camino. Luego pensé que sería bastante más complicado porque fue llegar a Madrid y casi empezar a trabajar, tenía la idea de que me iba a llevar más tiempo del que me llevó finalmente. Soy consciente de cómo es este trabajo y me considero un gran afortunado.
Hay un 5% de actores que trabajan realmente…
Por eso mismo, pensé que podía dedicarme a esto, pero no pensé que fuera tan rápido. Me vine a Madrid con 18 y prácticamente a los 19 empecé ya con primeros trabajitos episódicos, pero a los 21 ya fue mi primer protagonista en cine y fui encadenando trabajos a partir de los 21 que estaba en tercero de carrera. Tengo que estar muy agradecido por estar en proyectos que me gustan y me estimulan.
“Hay que humanizar los números”
¿Tienes miedo a tener una cierta fama y después quedar relegado a los infiernos?
En mi caso ha sido todo mucho más progresivo, nunca he tenido la sensación de que todo iba muy rápido o que de repente me agobiara mucho la exposición. Empecé siendo figurante en rodajes de niño, he hecho pequeños papeles más de adolescente en películas, hice dos pelis con 16 años, capitulares a los 19 y protas a los 21. Fue todo muy escalonado. No he sentido nunca un boom. Ahora, que sí estoy haciendo series que se han visto bastante y pelis que han funcionado bastante bien, pero no he tenido nunca la sensación de agobio y por ese mismo motivo tampoco he dado nunca nada por hecho. Soy consciente de que es un trabajo difícil, pero también soy optimista y creo que tengo razones para serlo.
¿Qué podrías decir para que la gente vea “La novia de Ámerica”?
Es una comedia familiar para todos los públicos que está rodada entre México y España. Habla un poco de los prejuicios que tenemos y como nos enfrentamos a ellos. Es una comedia de situación que te hace sentir bien y te vas del cine con una sonrisa y habiéndote reído.
¿Te sientes identificado con tu personaje?
Tono me da mucha ternura. Me parece un personaje muy noble. Creo que tiene partes de mí, ¿por qué no? Tampoco he hecho un símil. Todos mis personajes, tanto los que tienen más luz como los más oscuros, beben de mi experiencia.
¿Ha sido raro interpretar otro personaje homosexual tras el personaje de “Alma”?
No es algo en lo que me fije. En este caso Alfonso Albacete (director) es muy amigo mío y me ofreció el personaje sin prueba. Hice muchos ensayos porque quería estar seguro de la decisión, pero es un aspecto más del personaje. Estamos contando una historia. Nunca al elegir un proyecto me planteo la orientación sexual del personaje.
¿Te hubiese gustado rodar una segunda parte de “Alma”?
Me hubiera gustado porque era una serie a la que creo que todo el mundo le puso mucho cariño. Tampoco me quedo con un sabor agridulce porque la serie se ha visto bastante, fue Top 10 en 30 países. Entre ellos la mayoría de países grandes de Europa. Me hubiera gustado que evolucionará un poco más porque me parece muy interesante el universo que creó el director.
¿Qué falló? ¿Por qué no la han renovado?
Bueno, no me quiero meter en jardines. Tengo una opinión formada al respecto, pero prefiero ser prudente. Al final mi trabajo es actuar, me limito a contar lo que está en un guion, aunque creo que hay cosas que se podrían haber hecho de manera diferente. Cuando una serie funciona es un conjunto de circunstancias. A veces la semana de estreno, el que haya varias series estrenadas en esa semana o el algoritmo. Hay muchas cosas que a uno se le escapan. No va de señalar a nadie. De lo que sí estoy muy seguro es de que estoy muy satisfecho con la serie. Me parece una muy buena producción, una historia bonita y bien contada.
¿Te cuesta mucho desnudarte frente a la cámara?
Siempre digo que si está justificado no tengo problemas con el desnudo. Lo que no me gusta es que la gente de por hecho que me tengo que desnudar. Los actores somos un vehículo para contar historias, que tengo que enseñar carne porque sí, pues igual no me da la gana, pero tampoco tengo un problema en mostrar mi cuerpo.
Dentro del séptimo arte, ¿en qué género te mueves mejor?
No sabría decirte porque he hecho un poco de todo. Me llevo más por historias que por género.
¿Con quién te gustaría que te comparasen?
Te puedo decir actores a los que admiro. No necesariamente me comparo con ellos porque los admiro. Me gusta mucho George O’Connor, también la carrera de Ezra Miller, aunque últimamente digamos que está pasando una mala racha. Saoirse Ronan también me gusta lo que hace. Creo que es también porque no tiene prisa y eso en alguien tan joven donde todo el mundo pone tantas expectativas… me gusta que se tomen las cosas con calma. A veces tenemos la cosa del llegar aquí o allí y esta profesión no es un sprint.
La industria del cine a la mujer le marca los tiempos.
Sí, tristemente sigue siendo así, pero afortunadamente también se están cambiando las cosas un poco a mejor. Estos cambios no se ven de un día para otro, toma un tiempo. Se necesitarán 10 años para equilibrar las cosas.
¿Cuál es tu gran sueño?
Me gustaría trabajar en otros idiomas, pero tampoco tengo prisa, es algo que me gustaría hacer a medio plazo.
¿Con qué compañeros de reparto te gustaría trabajar?
Hay mucha gente. Cate Blanchett me encanta.
Algún personaje que jamás estarías dispuesto a interpretar.
Intento no acomodarme y no me gusta poner como un límite a lo que puedo hacer. Nuestro trabajo precisamente va de encarnar cosas diferentes a lo que somos. Me parece que un actor puede reflejar lo bello y luminoso y también la parte más oscura o más desagradable. No pondría una línea roja porque el personaje fuera detestable o fuera alguien que históricamente despreciara. Me parece interesante como actor y tengo una curiosidad malsana por los personajes más turbios. Tengo interés por comprender su manera de pensar.
“Tengo un sentido del humor que no he enseñado tanto”
¿Cambiarías tu imagen por un personaje?
En cuanto al peso sí lo haría, intentaría cuidarme lo más posible dentro de ese proceso, pero sí estoy dispuesto a adelgazar o a engordar. Lo único que no haría es una cirugía permanente.
¿En qué podremos verte en 2023?
De momento en “La novia de América” y luego también en “Citas” que es una serie de Prime Video.
¿Te apetece hacer teatro?
Sí. Si es una buena historia, ¿por qué no? Tenía un poco de miedo la primera vez. Era una cosa como que llevaba mucho tiempo pensando y entonces llegó “La casa del dolor” que es una obra de Víctor Sánchez Rodríguez que estrenamos el año pasado. Fue una experiencia muy guay.
¿Te gustaría hacer un musical?
No. Soy muy fan de los musicales, pero no canto bien. Tendría que ser una preparación muy exhaustiva y tampoco sé si podría… Es un reto muy grande. Hoy en día está muy de moda el decir que con esfuerzo todo se puede y pienso que no todo el mundo vale para todo, hay que tener un poco de pudor.
¿Cómo eres?
Soy tranquilo en el sentido que tengo una parte zen, me gusta la calma, pero también soy un poco obsesivo. También soy bastante noble.
¿Qué te obsesiona en el día a día?
Soy demasiado impaciente. Puedo entender que las cosas tomen su tiempo, pero una cosa es entenderlo a nivel racional y la otra es lo que me gustaría. Estoy aprendiendo a esperar.
¿Te está costando?
No, lo estoy disfrutando.
Si ahora tuviese una mirilla en la puerta de tu habitación, ¿qué podría ver?
Hoy fatal porque están pintando la habitación y está todo bastante desordenado.
¿Qué te hace feliz?
Cuando tengo un mal día suelo ir al cine. Muchas veces voy solo.
¿Cómo seduce Pol Monen?
Estoy muy desentrenado ya.
“De niño era insoportable ser tan sensible”
¿Qué te hace llorar?
Ver que la gente que quiero sufre. Me preocupa y me hace llorar también.
¿Qué es para ti el amor?
El amor es estar y también dejar estar. Acompañar y también dejar espacio.
¿Has roto muchas veces el corazón?
No. Creo que alguna vez a mi pesar, pero creo también que conforme uno va creciendo se va haciendo cargo más de las cosas y estoy en una fase de responsabilizarme más de mis actos y de entender que cada persona tiene una manera de ser.
Algo que no soportes.
Que me despierten con mucho ruido. Las obras en verano es algo que me fastidian mucho también.
Una frase que repitas mucho.
Sabes lo que te quiero decir.
Algo sobre ti que muy poca gente conoce.
De pequeño era un niño muy sensible, pero me jodía ser tan sensible. Con el tiempo le he ido haciendo más caso y prestándole como un poco más de atención. De niño era insoportable ser tan sensible.
Algo que se te da realmente mal.
Muchas cosas. Soy bastante desastre en algunos aspectos de mi vida. Cocinar se me da muy mal, pero me encanta comer.
¿Cómo describirías tu relación con la moda?
Como un juego. Me parece divertido sabiendo que tampoco es lo más. Puede ser divertido, pero no tiene porque ser trascendente. Es un aspecto más.
¿Crees que la gente te conoce?
A veces la gente tiene una imagen de mí más… Un comentario que recibo mucho es: ¡Ay, eres más gracioso de lo que pensaba! Tengo un sentido del humor que no he enseñado tanto.
Sobre la fama: “Si eres un gilipollas, vas a ser un gilipollas con más atención”
¿Qué le dirías al Pol de hace cinco años?
Qué lo está haciendo muy bien. Uno hace lo que puede en el momento en el que está y siento que en ese momento hice todo lo que pude. No tengo ningún reproche o algún consejo. Estoy orgulloso de lo que hice hace 5 años y a seguir. Es como mi mantra.
¿Cuál es la peor experiencia que has tenido en tu vida?
Soy una persona muy familiar. Todo lo que tiene que ver con familiares enfermos son los momentos donde lo he pasado peor.
¿Qué te atrae de ser famoso?
No me atrae mucho la idea, nunca he perseguido esto. Me atrae contar buenas historias y ser un buen actor. Es un precio o peaje, pero nunca ha sido el motor en mi caso. Respondo esta pregunta con la mano en el corazón. Tiene ventajas obviamente, en muchas cosas al optar a proyectos de mayor envergadura, pero como el hecho de perder una parte más de privacidad entiendo que es un peaje.
¿Te da miedo dejar de ser Pol?
Tengo que decirte que me he sorprendido positivamente. Siempre había tenido el miedo cuando me dieron mi primer protagonista en el cine de volverme gilipollas o a tratar mal a la gente, de ser un divo en el rodaje que sea un tirano con el equipo, pero me he sorprendido para bien. Al final, que te vaya bien lo que hace es aumentar lo que ya eres. Si eres un gilipollas, vas a ser un gilipollas con más atención. Creo que soy una persona sensible y por eso creo que sería casi imposible que me convirtiese en un monstruo.
¿Has tenido alguna vez el síndrome del impostor?
Nunca lo he llamado así porque es algo que se ha repetido hasta la saciedad. Todos tenemos un poco de eso. Es normal dudar de uno mismo y forma parte del proceso de aprendizaje de las personas. Me sorprendería si lo tuviese todo claro constantemente. Muchas veces se espera que seas la persona con más confianza del mundo y la confianza se va trabajando a medida que vas creciendo.
¿Qué es lo que más valoras de una persona?
Me gusta la gente clara que va de cara. Se pierde mucho el tiempo en decir una cosa, pero querer decir otra.
¿Te han hecho perder mucho el tiempo?
En la vida conforme vas creciendo y madurando. Hay amigos que se quedan por el camino y otros que los mantienes. No culparía a nadie. A veces las personas cambian, cambias tu y las circunstancias vitales cambian. Forma parte de crecer y no tengo muchos reproches en ese sentido.
“Hay dos bandos totalmente definidos, hay dos Españas y que no nos podamos sentar en la misma mesa a debatir en cosas que nos incumben a todos es muy triste”
¿Reconoces a la gente que viene por interés?
Sí, me da un poco de alergia. A veces es muy evidente y tardo muy poco en gestionarlo.
¿Cuándo fue la última vez que se te acercaron por interés?
A veces no es con mala intención, pero no me gusta la gente que te hace la pelota… Me quita energía.
¿Valoras la sinceridad?
Valoro en general que la gente sea sincera, si tú tienes la necesidad de decirme cualquier cosa, me parece muy bien. Tengo un círculo cercano de gente, de pocos amigos y en ese círculo de amigos está permitido absolutamente todo. Me gusta poder tener amigos que me dicen lo que piensan de verdad.
¿Es difícil conocerte realmente?
Se me conoce rápido. Abrirme del todo me cuesta un poco más. Me gusta mucho conocer a gente nueva.
¿Hay algún activismo en el que te gustaría verte involucrado?
No soy muy activista, pero sí hay causas en las que creo. No me considero un activista, pero creo que sí que está bien posicionarte sobre cosas que sean importantes para ti. Hay ciertos temas en los que me gusta posicionarme sabiendo que mi opinión cuenta lo mismo que la de todo el mundo. A veces, por tu trabajo te ponen un micro delante y parece que tengas que ser un premio Nobel de la Paz. Como si tuvieras que entender muchísimo de política internacional y ser súper entendido de absolutamente todo. Soy simplemente una persona que está aprendiendo.
Pero tienes un altavoz…
Y lo uso para lo que creo, pero lo que digo es que en mi opinión cuenta lo mismo que la de cualquier persona. A veces veo titulares y pienso que se nos pregunta mucho sobre cosas que no tienen que ver sobre nuestro trabajo.
¿Entiendes que hay cierto interés sobre la percepción que puedan tener ciertos personajes?
Claro y me parece muy bien. Lo que quiero decir es que nuestra opinión vale igual. Hay conflictos complicados y a veces se te exige tener una posición en cosas que no estás seguro. Hay preguntas de temas complejos en los que tendría que reflexionarlo un poco más, no te puedo dar una opinión en un canutazo de algo muy complejo.
¿Tienes miedo a la política de cancelación?
A nivel de España vivimos todo con mucha intensidad, muchas veces debatimos todo con mucha pasión en blancos y negros y hay debates que conviene tenerlos más sosegadamente. No todo se puede resumir en un tuit y hay conversaciones más complejas. Hoy en día nos quedamos muchas veces con el titular, pero somos incapaces de leer el artículo entero. Hay debates que conviene un análisis más grande.
¿Cuál es la problemática española actual que más te preocupa?
A nivel político me frustra mucho que los políticos no puedan ponerse de acuerdo en prácticamente nada. Hay dos bandos totalmente definidos, hay dos Españas y que no nos podamos sentar en la misma mesa a debatir en cosas que nos incumben a todos es muy triste. Me jode también que cada gobierno tenga una ley de educación propia y que dure cuatro años. Es una cosa que requiere un pacto de estado y está claro que cada gobierno que llega está cambiando esto. ¿Podemos ponernos de acuerdo en temas más a medio o largo plazo? No hay consenso en este país para prácticamente nada. Se intenta sacar rédito político prácticamente de todo. La política actual me decepciona bastante en ese aspecto.
Está habiendo un repunte de violencia y delitos de odio, ¿qué piensas?
Ha habido un aumento de casos de delitos de odio y homofóbicos. Esto se está produciendo. También hay veces que me pregunto: ¿Esto no estaba antes e igual ahora se denuncian más casos? ¿será que ahora realmente hay más casos o es que realmente da menos miedo denunciar o te sientes como con más seguridad a la hora de hacerlo? A mí no me gustan los extremos y me parece que los discursos de odio de la ultraderecha han hecho mucho daño en la sociedad. Como sociedad tenemos que tratarnos con respeto e intento hacerlo con todo el mundo. El respeto es algo que tienes que dar. Lo más fácil es odiar lo que no conoces. La sociedad va hacia una cosa más de tolerar, de escucharnos más y de entender que no somos el ombligo del mundo, que hay otras realidades complejas y creo que eso nos está haciendo mejores. Por el camino, hay bastantes baches, pero creo que el objetivo es noble. No tienes que odiar lo que desconoces. No necesito ser una persona trans o conocer toda la realidad trans para respetar. El respeto es una cosa muy básica. Si tu me dices que tú utilizas estos pronombres, pues yo voy a hacer lo posible por usarlos bien y por tratarte como quieres. No necesito vivirlo en mis carnes para respetar. El límite está en los discursos de odio de la ultraderecha. Hay cosas por las que no paso y la intolerancia es una de ellas.
Si tuviese de darte un altavoz enorme para hablar a todo el planeta, ¿qué dirías?
Ayer estaba en el memorial de las víctimas del Holocausto y una de las cosas que dijeron muy interesante es que claro, cuando tú dices que en Europa murieron 6 millones de judíos es un número, pero cuando conoces historias concretas o un superviviente del holocausto que te esta contando todo su sufrimiento e historia, te da una comprensión de la dimensión humana. Hay que humanizar los números. Si tu dices: ‘El planeta va a aumentar dos grados’ y explicas que hay mucha gente que va a perder su casa en 15 años, lo entiendes. A veces somos una sociedad muy de números y hay que humanizar las cosas. Poner rostro y poner nombre a las cosas ayuda a que las cosas cambien.
Minijuego. Te voy a decir tres palabras y por cada palabra me respondes lo primero que te venga a la cabeza:
Racismo.
Mi barrio.
Feminismo.
Cambio.
LGTBI
Plus.
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