Daniel W. Fletcher ha vuelto a la LFW por la puerta grande. Fletcher ha rendido un homenaje a su difunto padre con su obra, mostrando dónde radica la oscuridad conjugada con el rock y la reminiscencia de tiempos pasados junto a su padre.
Para la SS23, "Stand and Deliver" fue una combinación de respeto y rebelión. Un santo sepulcro de haute couture. La apertura del desfile empezó con un traje de mañana completamente negro en homenaje al fallecimiento de Su Majestad la Reina Isabel II, cortado en lana británica y acentuado con un brazalete. Una solemnidad en toda regla.
Esta colección rezumaba mundo british por los cuatro costados. Pero ese british de antaño, sobrio a la vez que elegante. Con trajes para empezar, se representó nuestra vida laboral formal, pero el carácter lúdico del día se expresó a través de la autorreferencia de Fletcher, tirando de los corsés de SS19 estilizados en looks masculinos y de las chaquetas de carreras y conjuntos de pijama de FW20, estos últimos esta vez adornados con flores tonales. Pero al caer la noche, Fletcher busca una nocturnidad de callejones oscuros y de mucho cuero. Para resaltar esta sensación de glamour y los temas dramáticos, la ropa se acentuó con joyas de la marca londinense Hatton Labs.
"El lugar en el que me encontraba cuando diseñé mi última colección... Fue realmente un homenaje a mi padre. En cambio, esta colección es una mirada a los últimos diez años de mi vida en Londres. Está muy inspirada en toda esa gente que ha hecho de Londres lo que era: desde los punks de Kings Road hasta los perlados Reyes y Reinas del Soho. Todas esas personas que han contribuido a la cultura que tenemos ahora, son una gran inspiración en esta colección. En realidad, es para ellos. El punto de hacer un espectáculo es, es un espectáculo. Para mí, me gusta contar una historia. Empezamos con trajes de mañana y luego nos adentramos en el día, paseando por Londres, y luego nos adentramos en las oscuras noches del Soho", dijo el diseñador.