El desfile de Michael Kors ha sido relevante en todos sus sentidos. Nos ha dado un poquito de gossip gracias al front row que ha reunido a Anne Hathaway y a Anna Wintour, y también ha conseguido emocionarnos con la mezcla de los conceptos de urbanismo y naturaleza.
La sofisticación y elegancia ha querido hacer acto de presencia en el desfile de ayer de la firma americana para su SS23. Con la creencia de Micheals de que "las calles de la ciudad son la pasarela definitiva", el escenario incluía una zona de ventanas del suelo al techo, que permitía al público ver el desfile desde las calles de la 10ª Avenida.
Bella Hadid, Mica Argañaraz, Adut Akech, Rianne Van Rompaey, Carmen Kass, Alton Mason, Mariacarla Boscono, Paloma Elsesse, se pavonearon por la pasarela al ritmo de las versiones acústicas de las canciones "Killing Me Softly" y "Bolero". Todas ellas parecían sacadas de un resort turístico en pleno agosto. Nos mostraron prendas de lo más variopintas, desde pareos y caftanes hasta trajes de sastrería y abrigos Chesterfield. Una paleta de blanco nítido, negro gráfico, lima tropical y amapola atrevida se equilibra con tonos suaves de perla, plata, duna y oro. Del día a la noche, pero sin perder un ápice del savoir faire de Michael Kors. Para los más escépticos de su arte, no ha dejado dudas de que es mucho más que un vendedor de bolsos.
Kors dijo: "Para mí, el resort urbano es lo mejor de ambos mundos, es el lujo y la elegancia de la vida en la ciudad con el glamour relajado que se encuentra en los mejores resorts. Esta colección utiliza muchos elementos que normalmente se encuentran en las vacaciones -mucho blanco, mucha desnudez, caftanes suaves, sandalias de tiras desnudas- mezclados con la sastrería nítida y el pulido que se necesita en un entorno urbano".
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