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La colaboración nos propone, a través de sus evocadores prints, un viaje imaginario a paisajes abstractos. En la colección, con los vestidos como grandes protagonistas, se yuxtaponen el collage digital, las distorsiones fractales, los zooms imposibles y los juegos de escalas micro-macro.
“Mi objetivo con estos diseños es crear un mundo que sea especial y diferente… Un lugar al que evadirnos constantemente en un viaje imaginario a través del tiempo y del espacio. Si existe el Cielo, lo imagino como una máquina que permitiera trascender esos límites”, dice Monsieur Christian Lacroix. Apasionado del collage digital, el diseñador se confiesa adicto a la creación de prints con esta técnica. “Cuando cae en mis manos un diseño -dice-, me encanta distorsionarlo hasta convertirlo en algo abstracto y repleto de detalles, algo de lo que podemos percibir cada átomo, como si hiciéramos zoom sobre un mineral o sobre las alas de una mariposa, como si entrásemos en el píxel más diminuto y se convirtiera en sí mismo en otro universo”. “Me fascina todo lo digital: si hoy tuviera 20 años, me dedicaría a crear videojuegos”, sentencia.