Kim Jones ha subido la apuesta en el próximo desfile de Dior. Todo ello gracias a que su pieza central han sido los zapatos tipo bailarina.
Esta fue la pieza central del final de Jones, pero antes de que nada de esto pudiera suceder, las modelos salieron a la pasarela en una colección inspirada en el bailarín de ballet soviético Rudolf Nureyev.
Jones tiene una conexión profundamente arraigada con el género. El difunto tío del diseñador, Colin Jones, era bailarín del Royal Ballet Británico, y los espectadores fueron recibidos por un libro que contenía imágenes de Nureyev, que fueron tomadas por Colin. La colección que siguió fue tan elegante como los hombres que la inspiraron. La sastrería afilada y los pantalones cortos escolares de pierna ancha introdujeron una juventud despreocupada; las batas de cuero sin mangas fueron seguidas por abrigos antipolvo con brazos que se agarraban hacia el piso.
Los zapatos agregaron una capa de frescura desenfadada. El diseñador estaba haciendo un caso convincente para los niños con bailarinas, que se mostraban en un arcoíris de colores con calcetines contrastantes hasta la espinilla. Todo muy Y2K. Y de este modo ha conseguido que demos un nuevo significado a este calzado y que todo hombre contemporáneo quiera lucir las bailarinas de Dior.