Elizabeth Hurley describió el trabajo con Matthew Perry en el momento álgido de su adicción a las drogas y al alcohol como una "pesadilla".
Aunque Hurley tiene "muy buenos recuerdos" del actor mientras rodaban "Serving Sara", admitió que no siempre se llevaban bien. "Para ser honesta, fue una pesadilla trabajar con él en esa época y, como se sabe ahora, nuestra película se cerró por su adicción", dijo la actriz. "Estuvimos en una situación de fuerza mayor y tuvimos que sentarnos todos en casa a torcer los pulgares durante algún tiempo", señaló, añadiendo que fue "duro".
A pesar de que tuvieron que descartar todas las escenas pre-filmadas, Hurley dijo que Perry, "fue fabuloso" para trabajar cuando volvió de su estancia de dos meses en rehabilitación. "Fue duro, obviamente estaba pasando por un momento difícil, pero seguía siendo encantador y una persona encantadora con la que trabajar. Pero se podía ver que estaba sufriendo sin duda".
Perry dijo que sabía que Hurley y el director Reginald Hudlin estaban "cabreados" por la situación.
"Por supuesto, la película se hundió de todos modos", escribió el actor en sus memorias sobre la película, que tuvo que rodar por segunda vez. "Me pagaron 3,5 millones de dólares por hacer la película y me demandaron por el cierre, aunque era un problema de salud. En la mesa de mediación, un equipo de flacks de seguros se enfrentó a mí, así que simplemente les extendí un cheque por 650.000 dólares", explicó. "Se rodó en Dallas y yo estaba haciendo 'Friends' al mismo tiempo, así que se duplicó mi carga de trabajo. Y volaba en un jet privado bebiendo vodka en una botella de agua", dijo.