¿Ser hijo de te abre puertas? Hell yes! ¿te cierra otras? Puede ser. ¿Tienen la culpa de ser hijos de padres famosos? Ninguna.
Eso mismo ha querido aclarar Lily-Rose Depp en sus últimas declaraciones. Que por supuesto ser hija de ayuda, pero no es seguro de una carrera fulgurante.
Lily-Rose Depp nació en 1999, hija de los actores Johnny Depp y Vanessa Paradis. Tras conseguir un pequeño papel en la comedia de terror de 2014, se lanzó a Hollywood con varias portadas de revistas, papeles en vídeos musicales y actuaciones. Incluso fue elegida por Karl Lagerfeld para ser el rostro de la icónica fragancia Chanel nº 5 cuando solo tenía 17 años. Vamos que todo iba sobre ruedas.
En una reciente entrevista con Elle, Depp ha querido dejar las cosas claras sobre las acusaciones de nepotismo.
"Estoy familiarizado. Parece que internet se preocupa mucho por ese tipo de cosas", dijo Depp. "La gente va a tener ideas preconcebidas sobre ti o sobre cómo llegaste allí, y definitivamente puedo decir que nada te va a conseguir el papel, excepto ser el adecuado para el papel. A Internet le importa mucho más quién es tu familia que la gente que te hace el casting. Puede que tengas el pie en la puerta, pero aún así sólo tienes el pie en la puerta. Hay mucho trabajo que viene después. Me resulta extraño reducir a alguien a la idea de que sólo está ahí porque es algo generacional. No tiene ningún sentido. Si la madre o el padre de alguien es médico, y luego el hijo se convierte en médico, no vas a decir: 'Bueno, sólo eres médico porque tu padre es médico'. Es como: 'No, fui a la facultad de medicina y me formé'".
En definitiva, quiere hacerse un nombre propio sin tener que tirar de apellidos.