MACAULAY CULKIN tiene una idea de secuela para SOLO EN CASA

Macaulay Culkin lleva décadas flotando como fantasma premium del imaginario navideño, sobreviviendo a memes, anuncios lacrimógenos y la eterna pregunta de ¿qué hace Kevin McAllister ahora? Pues aparentemente piensa. O piensa demasiado. Durante su gira “A Nostalgic Night with Macaulay Culkin”, dejó caer una idea de secuela tan retorcida que parece escrita por alguien que finalmente aceptó ir a terapia… y decidió usarlo para vender entradas.

En su pitch, Kevin ya no es el niño rubito capaz de electrocutar ladrones con una sonrisa cínica. No. Ahora es un adulto, quemado, posiblemente divorciado o viudo—porque en 2025 ningún reboot está completo sin trauma certificado—y, sorpresa, criando a un hijo que ya ha hecho soft-block emocional del padre. Kevin se queda fuera de su propia casa. Literalmente expulsado. Y el hijo, en modo rey del passive-aggressive, es quien empieza a montar trampas, como si hubiera heredado la ingeniería del caos, pero con la energía rencorosa de un adolescente con TikTok.

Culkin lo explica como “una metáfora de la relación”. Claro. Una casa llena de trampas como terapia familiar. Puro 2025.

Lo mejor de todo es que Culkin no propone una secuela por nostalgia barata, sino un examen forense del concepto “familia feliz navideña”: el burnout, la culpa, la paternidad con resaca emocional, el hijo que te mira como si fueras un mueble roto, la casa convertida en ring psicológico.