¿Por qué nos disfrazamos en HALLOWEEN?

Con el paso de los años Halloween se ha convertido en una de las fiestas más comerciales y más famosas de nuestros tiempos. Fiestas de disfraces, sesiones de fotos… durante estas fechas los celebrities nos regalan momentos mágicos a través de sus disfraces, y todos estamos expectantes ante las ideas de personajes como Kendall Jenner o Heidi Klum.

Esta costumbre es algo que también ponemos en práctica los ciudadanos de a pie, que cada vez recibimos más reconocimientos a través de redes sociales. Desde pequeños hemos tenido la costumbre de disfrazarnos y jugar al “truco o trato” pero con los años hemos ido profesionalizando esta faceta, buscando sacarnos partido, ser los más originales y conseguir la foto perfecta.

Toda esta interpretación de la fiesta en honor a los muertos y las brujas es, en realidad, una materialización más del capitalismo; de igual manera que lo son Navidad o San Valentín, pero los orígenes de esta costumbre son mucho más espirituales.

Si bien todos atribuimos a Estados Unidos la forma en que celebramos Halloween en la actualidad, los verdaderos orígenes se remontan a Europa, más concretamente a los Celtas. El 31 de octubre era una fecha señalada en el pasado pues, en los calendarios celtas, era en este momento del año en el que empezaba la “época oscura”, es decir, el invierno, y finalizaba la “época de la luz”.

La noche del año en la que se cambiaba de época suponía la apertura de una barrera entre el mundo de los vivos y los muertos. Los miembros de las tribus, como ofrenda a los muertos, dejaban dulces fuera de sus casa y encendían velas para ayudar a los espíritus a alcanzar el “otro lado”. Además, encendían hogueras y bailaban y cantaban al rededor con el fin de ahuyentar a los muertos. Estos rituales y fiestas paganas los llevaban a cabo disfrazados con pieles y cabezas de animales que les hacían parecer aterradores.

Sí, la esencia de Halloween en realidad siempre ha sido dar miedo mediante los disfraces, aunque ahora hayamos desviado el foco de atención a cualquier disfraz elaborado. En el pasado los Celtas se disfrazaban con la intención de ahuyentar a los espíritus, por ello debían tener esa imagen terrorífica.

Con el paso del tiempo la costumbre se fue extendiendo de padres a hijos, hasta el punto en que los niños también se disfrazaban. Después, de generación en generación, los miedos y las supersticiones se fueron dejando en el olvido, encontrando la diversión en disfrazarse.

Nosotros estaremos muy atentos a los mejores disfraces de la noche de Halloween de 2024, ¿y tú? ¿A quién tienes más ganas de ver?