Rick Owens no abraza la luz. Todo lo contrario. Navega con maestría entre las sombras. La vanguardia, el lujo y lo dark congregados en una misma colección FW23.
"LUXOR" ha sido un acontecimiento sin medidas. Testigos de excepción como J Balvin o David Beckham pudieron ver un espectáculo donde los demonios salen a la luz vestidos con ropa que marca los hombros, ciñe las cinturas y deja al descubierto el pecho.
El uso de pieles de pirarucú, suaves y cerosas, curtidas en Brasil y acabadas en Italia, de procedencia responsable y que benefician a las comunidades indígenas de Brasil, se seleccionaron meticulosamente por su calidad antes de convertirse en una intrincada capa plisada y abullonada que caía del cuello de la modelo, sobre una falda de línea A y una nueva iteración de botas de tacón. Todo estudiado a la perfección.
Los vaqueros destrozados de Owens también tenían su aquel. Son tela vaquera Selvidge japonesa de 18 onzas.
Esta calidad es algo que se aprecia en las fotos, pero que se potencia en el mundo real de los desfiles de Owens. Mientras las modelos caminaban por la pasarela de rejilla metálica, vimos cómo las Kiss Boot se rediseñaban con formas hasta la rodilla y hasta el muslo, lo que parecían ser suelas más gruesas y la aplicación del tacón transparente a una nueva bota.
En las notas del desfile, Rick Owens nos habla sobre que "LA CREACIÓN DE UNA COLECCIÓN DURANTE UNA GUERRA TIENE SU PICADURA: EL DESEO DE APORTAR LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS A UNA INDUSTRIA QUE DEBE PERMANECER FIRME, PERO CON UNA SENSACIÓN DE FRUSTRACIÓN DE QUE NADA ES SUFICIENTE".