Donatella quiso mostrar su arte en Los Ángeles. Y nos sorprendió muy mucho. No nos esperábamos este derroche de sobriedad y de elegancia sin límites.
Versace ha elegido Hollywood como escenario de su último desfile para la temporada FW23, aportando una dosis de brillo y glamour de alta costura previo a los Oscar.
El lugar del desfile fue el emblemático Pacific Design Centre, un gigantesco edificio de cristal de 1,6 millones de metros cuadrados con un espacio al aire libre donde se celebran los eventos. Allí se dieron cita muchas de las estrellas de esta galaxia: Miley Cyrus, Dua Lipa, Channing Tatum, Elton John, Cher o Lil Nas X. Mucho brillo y muchas nueces. Una fantasía.
Pero ahí no queda la cosa ya que sobre la pasarela pudimos ver a Gigi Hadid, Kendall Jenner, Irina Shayk o Naomi Campbell… Un non stop.
Versace es bien conocido por su uso audaz y liberal de un caleidoscopio de color, por lo que fue un poco chocante ver como Donatella empezó el desfile en una paleta de colores en negro y camel. Primero fue la sastrería, en la que Donatella utilizó lanas y sedas lujosas para transmitir su mensaje: sexy pero discreta, proponía otra cara de la moneda que el look brillante de Versace con el que estamos más familiarizados.
Más tarde llegó una sucesión de vestidos listos para la alfombra roja que debutaron con un derroche de color. Los vestidos magenta y aguamarina se remataron con volantes de estilo lady y se combinaron con guantes hasta el codo en contraste, mientras que los modelos de cuello halter se adornaron con bordados de cuentas que brillaban al caminar. A continuación, llegaron los vestidos de lana que se ceñían a las caderas y realzaban la cintura, los trajes de falda con pinzas.
En definitiva, Versace nos ha vuelto a sorprender.
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