Yohji Yamamoto insta a todos a disfrutar de la naturaleza humana y a no ir a toda velocidad por la vida.
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La colección cuenta la historia de disfrutar del momento, en lugar de dejar que los momentos pasen. De Wim Wenders a Norman Reedus, modelos de distintas edades, jóvenes y mayores, altos y bajos, hombres y mujeres, desfilaron en parejas como si fueran una familia que pasea junta.
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Desde abrigos vaporosos a chaquetas cuadradas, con declaraciones como: "A YoYo le encanta el negro. ¿Es negra tu ropa interior? ¿Es transparente?", el diseñador evoca la libertad de expresión con mensajes crÃpticos y disparatados cosidos a las piezas. La sastrerÃa y los trajes siguen abriéndose paso en la pasarela en forma de abrigos, americanas y faldas de gran tamaño. Las icónicas siluetas ovaladas que caracterizan a la marca están presentes, al igual que el negro y las asimetrÃas. Un hombre recorre la pasarela con paso relajado, igual que las prendas que lleva, suaves y caracterizadas por juegos de superposiciones. Sombreros de ala ancha y gafas de sol dibujan la imagen de un hombre misterioso, que crea siluetas oversize con camisas combinadas con abrigos y pantalones y faldas plisadas. La joven de Yohji Yamamoto aparece por primera vez en la pasarela emparejada con un hombre con un frac deconstruido en versión cargo, al que alcanza a paso ligero para acompañarle bajo el brazo hacia el final de la pasarela.
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Estampados, rayas, pero también cazadoras bomber de cuero y bikers aparecen más adelante en el desfile emparejados con prendas caracterizadas por bordados incompletos. Vamos, Yohji Yamamoto en esencia.
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