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  • Foto del escritorPablo Aragón Blanco

CARTA DEL DIRECTOR: ¿En primero de machirulismo?

Nos malenseñan desde pequeños lo que significa ser un hombre. Andamos perdidos sin saber cómo debemos actuar con nuestros semejantes y con el diferente. Vivimos atrapados en una sociedad que nos guía a cometer micromachismos y gigamachismos uno tras otro. Y luego los más avanzados de la clase intentamos deconstruirnos para construirnos con la base en la igualdad. Los cimientos ya son harina de otro costal.

 


Pero sigo tratando de construir un hogar feminista. El otro día sin ir más lejos tuve una conversación con una de las mujeres de mi vida, la mujer que me creó. Y entre nuestros devaneos matutinos sobre política e ideología, en los que el teléfono echa más que humo, conseguimos llegar a un punto de encuentro. Algo nada normal entre nuestras refriegas donde la sangre se queda en nuestros cuerpos y no desemboca en el mar. En esta ocasión, todo comenzó con el debate de la sexualización femenina en todos los niveles y redes sociales, de ahí pasó a citar a una revista de “fitness” que muestra torsos masculinos desnudos y su nada sonada polémica en este mes, el del padre, en la que podemos ver a un menor en portada junto a “su papi” sexy. Las piezas del rompecabezas no encajaban. Nos pusimos en el supuesto de que en vez de “papi” fuese una “mami” y retábamos a los estamentos sordos de cuán grande sería la controversia. ¿Cuál es la diferencia? ¿Estaríamos aplaudiendo del mismo modo un topless femenino con un niño de 5 años al lado en una portada de una revista? ¿abriría telediarios? ¿Por qué estigmatizamos el cuerpo femenino y ensalzamos el six pack masculino? Todo este debate sin pensar en la premisa de que el uso de un ser que no tiene poder decisión para vender revistas sea más que deplorable. Pero más allá la reflexión más primaria es que estamos acostumbrados a poner al hombre en un altar en ciertas situaciones sociales establecidas, mientras que denostamos a la mujer cuando llega a una cierta edad.

 

Hablando del reloj y sus tiempos parece ser que a Dani Martín le sigue picando algo en la entrepierna y siempre tiene nombre de mujer. Hace unos cuantos años fue la madre de un tal José y ahora su palpito gira en torno a una fémina que acaba de colgar el uniforme. ¿El patrón? Cuando eres un chico imberbe o con cuatro pelos mal cortados quieres fardar con todos tus amigotes de que te puedes beneficiar a esa señora experimentada, mientras que cuando eres un hombre al que le cuelgan las dos esferas centrales babeas por las turgencias de la divina juventud. Un reflejo de lo que la masculinización tóxica nos dice del macho de la manada que tiene que hacer valer su hombría sexualizando al mal llamado durante siglos “sexo débil”. No vaya a ser que el machirulo medio español pierda su diploma…

 

Aquí el acuerdo era total. Y justo cuando el intercambio de palabras llegó a su punto más álgido, mi santa madre pronunció una frase que se me ha quedado grabada a fuego: “Estamos cansadas de que el hombre siempre tiene la razón”.

De ahí que no paré de reflexionar dónde está el poder, cuál debe ser el tema de discusión en el próximo 8M y de sí los hombres nos vemos capacitados para aceptar la real igualdad. Los años del machirulismo han acabado… ¡Qué viva la Supermujer en clave Nietzsche!

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