Un niño de 12 años ha recibido una orden judicial de protección contra Ezra Miller.
Según un informe exclusivo de The Daily Beast, una mujer anónima de Massachusetts y su hijo recibieron una orden de prevención de acoso temporal después de alegar que el niño experimentó un encuentro "incómodo" con Ezra Miller.
El presunto incidente ocurrió el 2 de febrero en la casa de su vecino de abajo, que supuestamente fue testigo de un arrebato violento de Miller por un comentario sobre el origen rastafari del juego de mesa Parchessi. El vecino también dijo que Miller mostró un arma durante el altercado y que también llevaba un chaleco antibalas.
"Ezra explotó y empezó a gritar directamente en mi cara. Me dijo: 'No sabes ni de qué coño estás hablando. ¿Qué me has dicho? ¿Qué me has dicho? Hablar así puede meterte en una situación muy grave'".
La mujer, el niño y su vecino pasaron a acusar al joven de 29 años de estar "bajo su influencia" y de decir que había "hablado mucho con su hijo" y que tenía "mucho poder para ellos". A continuación, Miller supuestamente llamó al niño -que es no binario- un "ser elevado" que "tendría suerte de tener a alguien como yo que la guiara", antes de abrazar al menor y tocarle las caderas.
"Automáticamente se sintió extrañamente atraído por mí y no paraba de hablar de lo mucho que le gustaba mi ropa y le encantaba mi estilo, y no paraba de hablar de lo genial que era", alegó el niño sobre la angustiosa y "realmente incómoda" interacción. "Tenía miedo de estar cerca de él después de que hubiera gritado a mi madre y ella estuviera llorando".
Anteriormente, otra familia también recibió una orden de protección tras alegar que su hijo de 18 años, Tokata Iron Eyes, había sido "preparado" por Miller mediante un "comportamiento de culto y psicológicamente manipulador y controlador".
Miller no sale de una y se mete en otra ya que ha estado pasando los últimos meses lidiando con otros problemas legales derivados de las detenciones en Hawai por cargos de alteración del orden público y por supuestamente herir a una mujer tras lanzarle una silla a la cabeza.