
En 2006, en plena era del fotolog y de myspace, un diseñador llamado Shayne Oliver fundó Hood by Air. No era tan solo una marca, era un movimiento. Un fenómeno impulsado por un conjunto de colaboradores y gente de la escena neoyorquina. Años y más años de gloria del casual style.

Tal fue su éxito que ganó dos de los premios más prestigiosos de la moda el Premio Especial del Jurado LVMH en 2014 y un premio CFDA el año siguiente. HBA encarnaba el espíritu de la época de mediados de la década de 2000: prendas de género neutro, siluetas híbridas XXL y logotipos de gran tamaño por doquier.
HBA ganó tanta exposición que parecía una nueva religión a la que rendir pleitesía. Entre sus obispos estaban Kendrick Lamar, Rihanna o Ciara. Una exageración adorada que llego a su fin en abril de 2017. HBA anunció que haría una pausa, con efecto inmediato, para enfocarse en proyectos personales.

Pero este 2021 HBA ha vuelto. El significado esencial de la marca, la personalización, el impacto y la narración que hicieron que HBA fuera tan refrescante en el pasado vuelve a aparecer en escena. El verano pasado, Hood By Air y Anonymous Club ofrecieron un primer vistazo al próximo desfile de HBA con su vista previa titulada THE PROLOGUE. El cortometraje altamente visual presenta ropa de HBA mientras se mantiene en silencio sobre lo que está por venir. Lo único que está sobre la mesa es la creatividad que Shayne sabe imponer en sus prendas, abordando sus puntos de vista críticos sobre el materialismo y la cultura de masas. Ante esto ofrece posibles soluciones proponiendo nuevos modelos de consumismo. Una conciencia individual que quiere colectivizarse. Ahora si que si podemos decir que hemos vuelto a la década de los 2000. Hood By Air is back.
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