El desfile de Collina Strada se convirtió en un zoo donde los humanos se volvían animales con picos de pato, orejas de conejo y algún que otro rugido de león. Todo muy Schiaparelli.
Muchos dirán que esta sería la continuación del pasado desfile de Daniel Roseberry en Schiaparelli, incluso el plagio podría ser una palabra de la que podríamos hablar. Porque esto es algo más que inspiración fashion. Pero Hillary Taymour, directora creativa de Collina Strada, quería celebrar nuestro "poni de exhibición interior, que es juguetón y le gusta erizar las plumas", y nuestro "caballo de batalla interior, que es fiable, duradero y extrañamente práctico".
Bajo el título "Please Don't Eat My Friends" (Por favor, no te comas a mis amigos), el espectáculo trata de cómo "estamos todos juntos en esto" y de cómo todo el mundo está conectado por pequeños filamentos microscópicos bajo nuestros pies.
Las prótesis fueron creadas por Isamaya Ffrench, la maquilladora con marca beauty incluida y que acaba de ser nombrada comisaria de belleza en Off-White. Entre los looks de belleza hiperrealistas que creó había máscaras de lagarto pato, hocicos de perro y otras criaturas reptiles.
Los looks, que incluían cuernos de satén en los hombros y colas de conejo de organza, estaban hechos con materiales sostenibles y reciclados, como es habitual. Y las zapatillas, realizadas en colaboración con Vans un gran acierto.
Eso sí, poco más que añadir de la colección.
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